Excelsior

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Title
Excelsior
Issue Date
Numero 879, Ano XXVII (20 Octubre 1930)
Year
1930
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
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Animada fiesta seguida de baile que con motivo de la festividad de la Patroua del dist1ito de Sta. Cru.z, Ntrn-, Sni. del Pilar, celebró en Mi residencia Dn. Vicente Villa.n11• ':'1'Cl, haMendo asistido a la fiesta varios .'lenadores y re1>nsenton tes y bellas y distinguidas se1ion1s y snior. :tas de n11estra sociedad. Bellúúmas se1ioritas y di.'llinguidos caballeros que asistieron a la fiesta con que celebró su Su11tu /u. gentil Srta. Pilar Arenas, candddata que f11é para «M1'ss Excelsior» en el 1Jasado t:arnaval. La fiesta. estuvo anima.dísima y mu-y concurn'da. Bautizo y confirmación del últúno vástago de lo14 Sns. de Na.boa, que fué apadrinado vo1· Dn.. José de L~ón y se1iora, q1te aparecen en lo fotogmfia, tomada mo-111.entos des¡>ués de las ceno..
Lcu; l1ellns S1·tas. Elen" y Jmrnita Vallejo y Cnnnen y Asnn.ción Bit>(, (/ttf' lm-ilnnm bailt!.<; st>1•itlanos. A11pcdo y(•neral d.e/ bn11q11rte. BANQUETE DEL CLUB DE ROTARIOS DE MANILA EN LA CASA DE ESPARA. La mesa 1>residencial del lmnquete, a la que se sen.taro11 el Gol>crn-0.dor General, S1·. Davis, el Sr. Sa11wel Garhes, P1·esidentc de los Rotados, el Presi<frnte drl Casino Esvnftol, 81·. Antonio de fo Riva. y oft(IS di.'iting11.;dai-: verson(llidculea.
BOCADILLOS DEPORTIVOS De las muchas opiniones que oí al terminar el ellr.!uentro Varias Milling y Angel de la Cruz, mas de Ja mitad de ellas me admiraron, por considerarlas injustas y fuera de la razón, voy a rebatirlas. cMilling no hacia mas que correr>¡ cMilling es un c.obarde porque no intercambia>; cMilling no hacia mas que cubrirse y lanzar solo ;cibs, siempre · a la retirada»; y otras exclamaciones por el estilo. No hay nada mas lejos de la verdad que todo lo dicho. A mi juicio, Milling boxeó como un campeón, 8.un cuando no lucbó como luchan las bestias que se ponen los guantes y sin pizca de conocimientos dan el espectáculo que pueden dar un par de cargadores d~ muelle arreándose hasta hacerse sangre y caer al suelo como un trapo. ¿ En qué quedamos señores Q}le no vai.s buscando mas que el mamporro sin ningún arte ni ciencia? ¿ No se llama at'aso al boxeo Th.e manl11 art of self-d•feme? O en castellano, ¿el arte varonil de la defensa propia? ¿No es a~::aso mas agradable a la vista el ver a un boxeador que pega jabs con matemática precisión¡ que larga oportunfsimos y precisos ganchos con su izquierda; que cuando cruza su derecha, lo hace con la precisión de un émbolo;º que dibuja figuras con los piei:; y juega con la cabeza para evitar golpes contrarios que puedan ser peligrosos, en lugar de ver a dos gañanes lanzándose trompazos poderosos sin acordarE-e de la defensa, para caer o hacer caer al contrincante con Ja cara ensangrentada? No quiero decir eon esto que no sea amigo de peleas sensacionales en donde haya buenos intercambios y fuertes trom1pazos ¡ pero lo que defiendo e~ el estilo artístico y científico de Milling, que demostró una vez mas que la fuerza bruta suele ~er derrotada por el arte y la ciencia. ¿No gusto aqui mucho el australiano Harry Holmes como boxeador científico? ¿No han sido campeones del mundo Johnny Kilbane y el inglés Freddie Welsh, que eran verdaderas notabilidades en ligereza y habilidad? ¿No es ahora campeón munc!:al de bamtam Alf. Brown el panameño que solamente gana por puntos valiéndose del inmenso largor de sus brazos y de s-u extrema ligereza? ·Por lo visto, aqui el público cambia a menudo de opinión sobre el boxeo y tan pronto se p0ne a aplaudir a un boxeador que sabe defenderse a a la vez que pega y amontona puntos, como s-e entusiasma viendo a <!os fieras pegándose a matar. Hay para todo y sobre todo no, olvidarse que el boxeo es The m"nly ai·t of self-d•f•71Be. Por las últimas revistas y diarios deportivos españoles que he tenido ocasión de leer, veo que en foot-ball está reinando un profesionalismo rabioso en muchas de las provincias· de España, exceptuando las vascas, que a pesar de pagar poco a !llUS jugadores, estos no se venden a ningún ¡precio. Se han dado casos que me dejan frío, ya que jugadores como un Zamora, portero tanto tiempo del cDeportivo Español> de Barcelona, y a quien yo creía tan encariñado con dicho Club, se acaba de pasar al cReal Madrid>, que ha pagado 150,000 pesetas por su ficha, siehdo también de suponer que le darán mas sueldo por su actuac1on. Naturalmente, el cEspañob, a su vez, está buscando quien le guarde la ~)Uerta y está haciendo gestiones para llevarse a Cabo, guardameta del «Athletic de Madrid>, o a Castro del «Patria> de Zaragoza. Como tnnsiga a cual~uiera de los dos, tendrá que ¡pagarlo un tercero a quien también le despojarán el portero. Qtro de los traspasos que han llamado la atención es el del delantero del «Real de Madrid>. Felix Perez que ahora pasa al Athletic de Madrid Como si esto fuera aun poco, este club ha comprado también los servicios de un buen «!elantero del «Celta> de Vigo llamado Losada. El cBárcelona:> considerado como el Club más rico, ha hecho una oferta de nada menos que 200,000 pesetas por los celebres defensas Ciriaco y Quincoces del «Deportivo Alaveu demostrando estos vascos el cariño que sienten por su club, al negarse terminantemente a ser traspasados. Lo!ll hermanos Goiburu, jugadores del Barcelona, uno de ellos como c:!elantero, con buena actuación, se piensan pasar al cUnión Sanz>, pues parece ser que aquel club los tiene ahora como meras reserYas. España está ya enseñando los dientes en varios deporte¡:¡, pues Ricardo Montero y Mariano Cañardó, dos de sus representantes en el campeonato de ciclismo del mundo en las distancia de 210 kilometros y 600 metros, han llegado con solo veinticinco segundos de atraso de Binc!·a, corredor italiano de grandísima fama. Dett·as de Cañardó y Montero, llegaroh celebridades como Palisscir, ganador de la última «Vuelta a Francia» Ledw!q, Guerra y Rocisse. Los dos han prometido ganar la misma carrera el año que viene. Este hecho ha impresionado a lo mismos críticos que presentian un fracaso para los corredores españoles. EDUARDO ROS.
BODA LEZAMA-REGUERA, EN ILOILO El d'. a 27 del pasado mes de ~eptiembre y en la Iglesia Parroquial de San José, de esta ciudad contrajeron matrimonio el f::mpático Consul de España en Iloílo Sr. Don José Reguera y la bellísima Srta. María del Carmen Lezama, apadrinando al novio su tía, la Srta. Loling 'Fria~. y a la novia, su ;padre Don Manuel. A la ceremonia religiosa, que fué muy solemne, asi~tió en ma~a la 1.~olonia española y dístinguidas personaJidades filipinas de lloilo, pues los novio~, a más de pertenecer a familias ¿e rr.uy encumbrada posición social y económica, gozan en e~ta ciudad de generales y mer~cidas simpatas. DeRpués de la boda, lo~· invitados pasaron a la .¡:Casa de España» para saluc!ar y felicitar a los nuevos esposos, habiendo resultad'o exiguo el .amplio salón de t:estu,· del edificio ¡para contener el C'Onsid:?rable número de personas y familias que 'allí se congregaron. Se sirvió un espléndido y suculento lunch, ac-0mpañado de ricos dulces y bebidas exquis!tas, sin olvidar el espumoso champagne, duranc!o Ja recepción hasta las once de la mañana, hora en que comenzó el des.file, expre~ando todos los invitados a los recién casados sus deseos de que g01~en una eterna luna de miel y agradeciéndoles las bondades y atenciohes que con ellos tuvieron. Aquel mismo día, por Ja tarde, los esposos embarcaron en el vapor «Venus» para Manila, y de allí a Baguio, c!onde se proponen :pasar una corta temporada saboreando las mieles de una eterna felicidad, que de corazón les desea. $AN00VAL. llioílo-septiembre-1930. Los nuevos esposos momentos después de la ceremonia de su enlace. La Casa de España en lloflo donde los Sres. de R 1guera recibieron a sus num~osa8 amistades
111 Entre los que a~uden a disfrutar del enc:anto bulavardino, los hay tan a.:;iduos, ,:onst3ntei, reglamentarios y puntuales como una beata a Ja primera misa, un militar a un acto ordenancistl del servicio o un empleado que i:;abe que le cuesta una multa si se retrasa un minuto de la hora oficial de entrada en la oficina. Estos dilletanti de la oxigenación :icaban por considerarse dueños del paseo por derecho de ocup:ición permanente y se hace necesario que el Observatorio enarbole sus ac:·ongojadores c-a~harros anunciando un ciclón devastador, vientos huracanados de todos los cuadrantes, avances torrenciales por el Pacífico, el Mar de Ja China ... ¡la fin dd mundo, vamos! para que dejen de a~·omar por allí sus narices a empapar su pituitaria, ora con las s::t.lobrrs emanaciones marinas, ora con las fétidas de petróleo ·~rudo, procedentes de los motores surtos fn bahía, c:uando sopla Eolo de su lado. Por la parte que da a la playa van u11os y por h. de las casas, otros; estos y aquellos en calidad, pudiera decirse de abortados, como los hay en el teatro a distintas localidades. Entre los primeros, antes que e11os faltaría de rugir la sirena de la Fábric::t. de Hielo en sus horas reglamentarias y aún el mismo Sol dejaría d~ salir y ponerse cuando se lo manda ·el Almanaque Astronómico. Son astros que recorren ¡periódicamente su órbita sin separarse de ella por ns.d3 ni por nadie y les hay que, por su exactitud, no falta quien les tome c:on má&· confianza que a un reloj de Losada. Ese señor bajito y calvo-se ve que está desprovisto de la vcjetación capilar, porque es <le lo que siguen la r:orriente moda de suprimir el sombrero--que acompañado de su esposa v·:i de punta a punta tantas veces, ni una más ni una menos de las que higiénicamente se ha impuesto, <lice Leo,poldo Khan que en su establecimiento no hay un cronórr.etro tan seguro en su fijeza de hor:i, minutos y segundos y habrá que neerle porque no cabe duda de que es autoridad en la materia. Crúzase con esta rítmica pareja un inglés, también asiduo y también destocado, que ton el bastón ags.rrado por su medianía y que le hate funcionar como émbolo, a paso, mas de kanguró que de persona, va y viene y torna y vuelve con tal priS'a, que no paret~c sino que va a llegar tarde a una cib y cuando aprecia que está dentro del traje corno el bañista .cuando sale del agua, desaparece, sin duda para ir a colgarse a secar en "3.lgún tendedero que tenga para ello preparado en su domicilio. Individuos de la distinguida Orden de Ja Camagonia, nostálgicos de los viajes en fragata por el Cabo--po~os, muy pocos quedan; c:ada vez meno~--que viven más en las añon.nzas del pasado que en el vertijinoso presente, tienen también su representación dignísima entre los constantes paseadores. Cuando sus alifafes no se lo impiden, van por las tardes algunos a espardr la vista a lo lejos, pestañeando al únisono con el faro del borroso Correjidor, 1por delante del cual pasaron· cuando vinieron, sin que se les ocurra volver a pasar, 1porque ya han echado aquí el ancla y con ella raíces profundas de s·3ngre y afectos, que le-s compensan las desaparecidas de la otra banda, por razón de tiempo y distancia: A nuestro encuentro viene uno: lleva liviano sombrero tay:ibeño, con el ala inclinada hada la frente, para evitar que le hieran en los cansados ojos los poi:.treros y horizontales rayos sotra los pies en cansino caminar· y e:omo cara1~te­ rística distinción de su figura hay que anotar ·que lleva barba, exotismo in-comprensible en esh época de semblantes rasurados, en los que solo se permite alguno el adorno del esparteril bigote de moco, sacado de su tumba en nuestros días por el pQpular clown Chaplin. Este curioso ejemplar de toda una rancia época, ya neblinosa por el correr de los días, apartr:e a las 5 p . m ., como se dke ahora, recorre un trayecto corto, en el que hace paraditas, se descubre hl canosa cabeza, limpiase las gotas del sudor que le humedece la frente, a veces s¿ le reune un coevo o dos de parecida traza, desPor la parte q11e da a la playa 11an unos ... lues: · gnfas ahumada~. tz-aje blanco de rigor, 3brochado hasta el cuello, sin camisa, también de rigor, pero aun descamü:~do y todo, acusando más respeto a la urbanidad que esos otros que tienen a gala ir con camisa, sí, pero en mangas de ella y el peludo p~c:ho al ·3.ire. Con los brazos a la e~alda y pendiente de ambas manos, deja arrastrar un nudoso y patinado palas·ln. cuyo deEgastado regatón rasguea en la arena un culebreante surco, en '!uya temblorosa marca de trazos escribaniles de otras edades, parece decir: cPor aquí ha pasado un.contemporáneo de -aquellos que encendían sus cigarros con pebete y se alumbraban con tinjoy». Arrai:.·cansa en un banco, y al caer las .fombras de la noche d:rígese al tranquilo hogar, donde le agu:udan las acarir!ladoras pantuflas de paja de arroz, el holgado traje chin~, la cómoda meridiana y redinado en ella gratamente, espera la h°nola, 1pen~ando en que el día tr.anscurrido le coje vivo y ·al siguiente, ¡Dios dirá! Con su evaporación coincide el surgimiento de un raro ejemplar que viene por h. calle del P. Faura. Mas que ser material es una vis!ón escapada de un óleo de Zuloaga . Una mujer que ha traspuesto ya la madurez, con vestimenta que huele a ·3.gro más que a ciudad : cobijados sus aborrasc·ados !!&bellos bajo una boina n"'gra como su sayo, inclinada hacia la ceja izquoierda, no parece criatura humana; mejor se diría que e.J un simbolismo evocador de Legaspi y Urdaneta, vascos memorables, que al venir '3. Filipinas, no presumieron seguramente que la Posteridai:I habría de consagrarles un sitio tan distraido como las cercanías del cManila Hoteb, -a cuyoJ mundanos atractivos resisten bravamente sus naturalezas de bronce. Dos o tres parejas de frailes que mareh!Ln apri!a, temiendo llegar a sus c-onventos cuand:i ya estén las puertas cerradas; algunos estudiantes del Seminario de S-sn José, serios, los ensotanados, alegres los menores, con voces que remembran el repicoteo de los desaparecidos pája,rosmartines, tan beneficio!OS para los campos en la limpia de insectos, útiles aves que trajerOn los · españoles y que se m3rcharon con. ellos en su exilio,' abandonando su antigua y arbórea morada de los talisais del Cuartel de la Luneta, cuyas ramas ,~u-ajaban al obscurecer y cuyos ruidosos pitidos ensordecían aquellos lugares. Grave, lento, pausado, cayada al brazo, atildado en e .. vestir, la cabeza ligersmente inclinada a la derecha, absorto en sus ideas y' por si se cansa, seguido a corta distancia . por su auto, ·sl pasar cerca de mi y adivinando sin duda, por relación telepática lo que me bulle en el cerebro, mirame interrogartte con sus ojos de joven, aunque él ya no lo sea, ¡pero que prueba c·oni sus arrestos que podrá ser antiguo, que no ea lo mismo que viejo, Su mirada me parece entender que me pregunta¡ -¿Y me vas a dejar en el tintero, ·~uando soy en realidad la ex:>resión viva de los enamorados de estos lugares, en donde me enorgullezco de hacer patentes mis energías y resistencia, para envidia de mozos andarines que no me llegan a la suela del zapato?Tiene razón y le incluyo y aunque pudieran ir más y apuntados de esta parte, los dejo por ahora, para trasladarme al otro lado, esquivando los vehiculos que va11 por una rsma del camino y vienen ¡por otra, aprovechando, cuidadoso, la faja divisoria destinada a refugio y salvamento de peatones. GIL. A. MON. Pasay, septiembre de 1930. Para practicar aquel famoso tratamiento casero para el embellecimiento ES ESENCIAL EL AGUA TEMPLADA CON UN MODERNO CALENTADOR PARA AGUA puede disponer usted de suficiente cantidad de agua a la temperatura que que la necesite. . . instantáneamente y con toda seguridad ... en su propia habitación. Venga a nu€stro establecimiento y examine los varios modelos que tenemos a su disposición, expuestos en nuestra Sala-Exhibición. MANILA. GAS CORPORATION SALA-EXHIBICIÓN :-EDIFICIO ROXAS TEL. 5-69-34
¿;; ¡¿;;,.,;,, 3 ¡¿¡,,,{l g{n;¡'amo Escenario: los salones de Ja condesa del Soto, en· los que se celebra un baile. Personajes : Otero, distinguido jóven de la sociedad matritense, 1perfecto «sportman», y gran gllanteador~on éxito,- del bello sexo. Conl'uelo, jóven morena, no despreciable, de diecinueve abriles. Matilde, una rubia ange)j,!al; veinte años. Paquita, veintidós; un portento de mujer. Remedios, veintisiete ; ni guapa, ni fea ; - 3Jgo ajada, de tanto suspirar quizás, por un novio---que no llega-durante más de seis a ños. El baile está en su apogeo. Otero, va de grupo en grupo, y de una a otra, cual mariposa vo_ l:indo de flor en flor. Tal mariposeo es admitido por todas con sonrisas, frases, arrebolamient::. de meJillas, y miradas que queriendo ser tímidas resultan de fuego. Oígamos algo de ese galanteo : Otero.-¡Caramba!, ¡Consuelo! ¿Usted aquí ? Ya hacía tiempo que no se la veía en ninguna parte. Consuelo.-Sí; vivo ahora muy retirada; es raro el baile a que asisto. Otero.-¡ Usted! ¡13 reina de los &-alones!. . . Debe asistir a todos los bailes, pan. darnos, a los que no perdemos uno, el placer de verla. y de bailar con usted. Consuelo.-¿Placer ha dicho? ¡Qué gala1.te! Otero.-No; con usted, b. más exquisita galant.ería, deja Ce serlo para convertirse en verdad. ConBuelo.-¡Por Dios! ¡Otero! ¡No exagere! Otero.-¿Exagerar'! Nada de eso. Es usted la mejor y más bonita de las mujeres. No se puede estar a su 13.do sin sentir en seguida, los terribles saetazos de las flechas de Cupido. Consuelo.-De ningún modo ; •!uando Cupido revolotea alrededor mío, llev-3. el carcaj vacío. Juega conmigo y nada más. Otero.-Es usted encantadora. (Suspirando) . ¡Ay! Quién pudiera ser el dueño de tanta gracia! Consuclo.-(Tratando de "3.lejarse de él) . Já, já, já ! La tiene todo lo que usted dice. Hasta luego. Tengo comprometido el vals que sigue a esto. OCero.-(Acercándose) . ¿Seré· en el otro bai1~. el afortunado que la estreche en sus brazos'! Consuelo.- ¡ Por Dios, Otero! .. . ¿Estrechar'! ... Otero.-¡Qué! ¿Protesta'! Pues aunque proteste: ¿qué es el baile, sino un ,prolong:ido abrazo, permitido por la sociedad'! Consuelo,--Es usted muy mal intencionado. Si todos pensaran •!Orno usted no se podría bai. lar. Ote1·0.-Pero, venga acá Con~uelo, qué se diría de dos que encerrados solos en una habit3ción, se les viera lo mismo que se les ve en los salones cuando bailan? ¡Qué se estaban abrazando! y se escandalizarbm los mi~mos que en un baile admiran a una buena pareja. ConRuelo.-No, no estoy conforme; ya discutiremos eso. Otno.-Sí ; durante el «one·step» que sigue a. efe vals; ¿está usted conforme? Consuelo.-Si; aunque no debería estarlo, a atenerme a sus opinione~. Otero.-M• e haría con ello el más desgraciado de la tierra. Negarme el baih.r con usttd, divino angel, a quien por fuerza hay que adorar!!. Consuelo.-(Riendo). ¿Por fuerza? A la fuer:t;a no quiero que me adoren. Otero.-¡ Graciosísima ! Cons1Celo.-¡ Adió3! ¡ ldiós! Empieza el vals; me tstará buscando el vizconde. Otero.-¿El hijo de la r:ondesa del Soto? ¡Uf! ' · ¡Qué c:antiestomacah es el angelito! Consuelo.-El mismo; ¡ah! ¡ahí viene! (Se aleja). Ote1·0.-(Acercándose a Matilde.) ¿Usted, no baila? Matil<i'e.-No; nadie se acuerda de las f,as. Otero.-¡ Fea! Pues si uRted es fea, ¡bendita ~ea Ja fealdad! ¿Quiere concederme el honor de ser yo, el que desmienta sus palabras? Matilde.-Con mucho gusto. (Bailan) . Otero.-M.e han dicho que se cas;i usted, Matilde; ¿es cierto? Mntilde.-No; como tampoco lo es, el que le ha. yan dado a usted tal noticia: quiere sacar de una mentira una verdad. Oflero.-Es usted muy suspir~az. Pues bien, aun · que lo haya usted adivinado : ¿miente mi mentira? Matild·e.-Sí; miente. No me caso por ahora. ¿Qué le hace falta a una mujer .para c3sarse? Ote1·0.-Ante todo: que ~ea soltera o viuda. ilfotilO'c.-Carlos, Carlos, que no me gustan Jos plagios, ni menos las bu.rh.s ! Otero.-¿Plagio? Ignoraba que Jo fuese; en cuanto a lo de que sea burla, no fué mi intención la de burlarme; sólo quise hacer un chistecito más o menos aceptable. Bueno . Qué es pues lo que le haC'e falt3. a una mujer para casarse? Mctf'ilde.-Pues tener novio. Otr1·0.-¿ Y usted no Jo tiene? Matilde.-No en verdad. Otero.-¡ Es increíble! Mt1tilde.-Usted podrá creerlo o no, pero es lo eierto. No ha habido quien me dije-se: c:Rnenos ojos tienes». Onwo.-Por que hay quien no los tiene o sufre de miopía. ¿Mé ·permit~ que le diga lo que no le han dicho otros? No sólo los ojos, sino 1'3. boca, la nariz, la frente, el óvalo de su cara, su cuerpo, toda su persona en fin, es de un conjunto armónico tal, que solo Puede compararse a la Venus de Milo,· es decir, más l}lerfect-s aún, puesto que no le faltan como a aquélla los brazos, lo cual sería una enorme desgracia, pues no podría se.ntir como siento, el ·suave calor d"e su brazo, en mi hombro, y de su mano en la mía, hermon mano en la que imprimiera, de permitfrmelo usted, un ósculo purísimo. Matildla.-Bueno¡ pero como no se lo· permito ... ! Ote,·o.-(Suspirando). ¡Qué feliz será el hombre que se case con usted, Matildita ! Ma.tüde.-¡ Quién sabe! Tal vez e:e arrepintiera de h-sberse casado conmigo. Otero.-Es imposible, de todo punto imposible. Matilde.-Estoy mareada. Quiero descansar ya. (Dejan de b3ilar. La lleva Otero del brazo hasta la silla que antes ocupaba la jóven. Em¡pieza el cone--step> que el émulo de Don Juan debe de bailar con Consuelo, durante el cual sigue deslizando en sus oídos 1-ss mieles de su léxico. Al terminar, se dirige a un grupo de muchachas entre las que se en~uen. tra la sinigual Paquita). OteJ•o.-¿ Tienes comprometido este cfox-trob? Paquita.-No¡ todavía no. Otero.-Si me permitiens ... Paquita.-(Dirigiéndose a sus compañeras). Con permiso. (Se coge al brazo de Otero y se entrega con fruición al baile, satisfecha de haber &ido entre aquéllas, la elegid·a por el admirado galán). Ote,·o.-Te he pedido que me concedieras e~te baile, más que por el placer que ello me proporciona, por el deseo de decirte que esta noche estás sencillamente ideal. Siempre me ¡pareciste hermosa pero como hoy ... Paquita.-¿Hermosa? No me tengo por tal. Soy una mujer pasable y nada más. Eres un incorregible galanteador. Otero.-Nada de eso .. · ¿Es que no puede decir un hombre, lo que siente sin que se reputen sus palabras de meras fórmulas de sociedsd, de efimeras frases de salón? Pues, créaslo o no, te diré que eres la más linda muchach41- que he conocido, que estoy cada d'a más loco por ti; que por ti irfa al sacrificio del matrimo. nio, con la misma estóka sonrisa, con que los antiguos gladiadores se .presta~an a la lµcha. Paquita.-¡Jesús! ¡cuánto disparate! Otero.-Esto te demostnrá a qué grado de enagenación mental ha llegado el más ferviente de tus admiradores. (Siguen bailando) . (Las dos de la mañana son cuando se inicia el de:sfileo Eñ la escalera, q.pr0vechando la confusión de los que salen, se aproxima Otero a Remedios). Otero.-Me voy triste. No te he visto en todo el salón una sola vez. Retnedios.-(Picarescamente). Pues, en él estuve. Ote,·o.-¿ Cómo no te he visto? Hubiera sido para mí, el colmo de la dicha baiJ.1.r contigo, muñeca, para poderte decir que te quiero brutalmente, que sueño contigo tod&s las noches, y pienso en ti a todas horas. Que no vivo, en una palabrs, más que para recrearme en tu recuerdo. ¡ Remedios! Eres el único remedio para curar mi mal. ¿Puedo aspirar a l}loseer ese e remedio> algún día? Retnedios.-Tal vez. . . aunque creo que no lo habrá en plaza, como te descuides en ir a buscarlo. (Risas, murmullos, despedidas, estridencias de bocinas de a utas y al fin, nada; el sileneio se ha restablecido en el barrio de Salamancs, donde tienen su residencia los condes del Soto). EPILOGO · Consuelo.-(En su casa, dando vueltas insomne en la cama). (Rememorando): cAy, quién fuera el dueño de tant:a gracia> ... ! ¿Qué significa eso? ¡Qué lo desea, que me quiere! Lo que sospechaba. (Dan las tres, las cuatro, y sigue soñando despierta la linda muñeca). Matilde . ...:...(En su essa también y sin tampoco poder dormir): cAy, qué feliz será el hombre que se .case con usted>. . . Y qué mirada la suya al dEcírmelo! ¿Querrá él ser ese feliz mortal? (Sigue divagando, hasta que muy tarde se queda dormid'!.). Paquita.-{Idem, idem). ¡Está loco p0r mí! ¡Qué felicidad ! Dentro de poco seré, no me cabe duda, la señora de Otero. No tardará en venir a pedir formalmente mi mano. ¡Qué guapo y elegante es! Seré dichon. ! Rem.edios.-(ldem, id). ¡Yo su único remedio! ¡qué me adora! ¡Y soy entre tantas, la privilegiada! Por fin ha surgido el hombre tanto tiempo esperadQ. Y ¡qué hombre! El ti. po ideal. El que aceptaría a ojos cerrsdos, la mái exigente de las mujeres. En fin, tardó en llegar, pero llena todas mis aspiraciones, (Las seis de la mañ-sna dan, cuando con. sigue conciliar el sueño). OteJ·o.-(En su palaeial mansión apagando la luz desde su cama) : ¡ Qué noche! ¡qué aburrimiento! ¡Psé! Ni una mujer hermoes; ni una mujer que valiese la pena de mirarla! (Da un bostezo, una vuelta y se queda dormido). M'ARfA DE MOLINA, PEREJAMO.
Los taxis serán aun pocot', pHo c·on ellos sucede igual que con el milagro de los panes y los peces. Cómo se ingenian, no atino mas el caso es indudable, porque :::iempre ~e están viendo do!-< o tres en cada ealle. Reciba el Puente de Jones las más congratulatorias de las felicitaciones ,por tene>r ya palmatorias de muy justa:- proporciones que serían irrisorias si hubieran puesto farolones. El colmo en feniminismo, no os 3sombre es echar~e una novia como un hombre. ¿Qué es lo que C!-<tos dos harán en el Parque de Mehán? Sin duda e.:;hrán pensando a dónde han de irse cuando se haga el Metropolitán. ¡Pobre Vida]! ¡ Sentenci-3.do días y días y días y días a contemplar, resignado, los monos en i,u cercado haciendo mil ... monerías! TOKI.
Sudorosos, jadeantes, con un p11hno de lengua fuera, y lanzando miradas de odio al astro-rey, eP:tamos. o por mejor decir continuamos los madrileños durante la decena que hoy termina. Asegurábamos form11lmente que este año no hab1·~ a verano, y el tiempo ha venido a desmentir lo aventurado de nue5.tra afirma!ión eñviánd.Jnos en sus postrimerías una temperatura abrasadora y persistente cuy:> final no pu::!de predecirse, pero que nos tiene con vistas al ahogo, cQmo si no tuvieramos bastante con la lectura de los periódicos que ponen de .punta nue:ltros ner_ vios con el relato veraz de euantas calamidades ocurren dentro y fuers de casa. El ciclón de Santo Domingo, cuya marcha íbamos sabiendo y nos hacía temer por la suerte de quienes habitaban los lugares que iban a ser f3vorecidos por la visita del fenómeao metereológico, los temblores de tierra en Murcia, la continu2da baja de la peseta, el alza de las sub-· sistencia;, y •!Uando comenzab11mos a disfrutar de· una relativa tranquilidad, comienza el suplicio de nuevo, con la destitución del Presidente Leguia, y en los actuales momentos con la revolución de la República Argentina, refiriéndo_ nos con todos sus pelos y señ3.les cuanto en aquella hasta ahora pacif¡,!a nación, está ocurriendo, que no es tranquilizador ni mueho menos, pues el tiroteo y el estacazo libre deben estar a la orden del día. R~specto al .patrio suelo, tampoco anda la cosa muy tranquila que digamos, y hs huelgas se suceden y se solucionan, pero estos chispazos aislados demuestran que la tranquilidad espiritual no acaba de cimentarse en bases sólid-ss, y ello da lugar a que la fantasía vuele y los rumores continuen enseñoreándose t:n el respetable público. Sigue hablándose de cercanas combinaciones ministeri1lles, e incluso se ha señalado el pró· ximo octubre para una renovación en el Gobierno, y huelga decir que suenan los nombres de aquellos adtiguos poU:t?cos que parecía que no iban a volver, pero los slntomas y señales eon reveladores de que se sacri/icardn por el bien .público, y continu-srán perdiendo el tiem_ po como in iUo ídem. La supresión de la censura nos tierie a los chi.cos de la Prensa llenos de júbilo y alegria¡ ¿qué cu2ndo tendrá lugar?, esto no se sabe, pues ~:egún manifestaciones de un Ministro iba a llevarP:e a c:ibo i~on inusitada rapidez, pero por lo visto no lo será con tanta como s? esperaba, y es de temer que transcurra todavia una breve tem:ior2da sin suprimirse, sobre todo mientras no haya un poco de formalid3d y los acaparadores de Ja pa~ social continuen dando que hacer. La hue"ga de San Sebastian, que se presentaba con caracteres gr3ves, ha podido ser solucionada, y 0 con la oportunidad de siempre, tuvo su comienzo precisamente en la fecha en que la Real Familia llegaba a la caipital de su corte veraniega. Pero, Zaragoza. Córdoba, Sevilla y Barcelona, han tenido bmb?én sus pequeños ensayos de huelga, y estos chispazos van siendo demasiado frecuentes para· que pasen desapercibidos para el Gobierno sin prestarles la debida atención, por lo que, como síntom3, pudieran aleccionar para el porvenir. Ha comenzado ya el regreso de veraneantes, y M3.drid empieza a poblarse de nuevo, y a recuperar su perdida animación de los dos últimos meses; claro es que la indignación de los regresados es tan grande como mal disimulada, en vista del calor con que son recibidos por la capital de las Espaas. La temporada teatral dió ya comienzo abriendo sus puertas el Alkazar y la Comedia¡ el circo, ligeramente remozado, ofrece su espectáculo a b3.se de los consabidos equilibristas, .payasos y exeéntricos, de todas clases, y para un plazo próximo está anunciada la apertura de los tea· tros tradicionales, que ya están dedicados a los ens11yos previos¡ Loreto Prado y Chicote, que también comenzaron su temporada con un estreno, han tenido éxito completo. Del Real ... bueno gracia&, y por las trazas .tampoco este invierno el divino arte va a dejarse escuchar, pues por desgncia no se habla del comienzo de tem_ porada y mucho menos de contrata de artistas. Respecto a otra clase de er.pectáculos en proyecto, me remito a las elecciones; éste si está anunciado y parece ser que en febrero las habrá y gozaremos no poco en 1-ss sesiones de Cortes, desatándose la verborrea que durante tanto tiempo ha estado sin dar señales de vida, ocupando los escaños los mismos, exactamente los mismos, que en pasados tiempos los ocup3ron . Las consultas políticas siguen a la orden del dia; S. M'. el Rey en San Sebastián tiene frecuentes entrevistas, todo lo cual hace E=nponer ls. proximidad de acontecimientos. ¿ Quiéii vendl'á y cuando vendrá? Todo esto pertenece al secreto del sumario, pero parece que los rumbos ván hacia un gobierno de concentruión con algún puesto para los regionalistas. Dios nos guie y la normalidad vuelva de una vez"; se h'3.ce preciso recordar y echar de menos al inolvidable Primo de Rivera y su época de mando, durante la cual España fué uns balsa de aceite, y la tranquilidad nó tuvo la menor alte.ración. Pero entristece verdaderamente la indiferencia y el olvido de este ~ueblo. El dia 8 fué el aniversario de la toma de Alhucemas, f~ha histórica que jamás debió pasar desapercibida y mucho menos olvidada, ya que marcó la decisiva para terminsr con la eterna pesadilla de Afri_ c&. No se verificó el menor acto que de alguna manera conmemorase aquel episodio, y que de algún modo renovara la deuda de gratitud contraid'3. con el caudillo y con nuestro glorioso ejército. Cosa muy diferente hubiera ocurrido -Y hay precedentes-si se tratara del aniversario de la muerte de algún torero; entonces todo se nos habrian vuelto sentimentalismos Y evocaciones; pero el consabido tema dunnte años y la preocupación de la toma de Alhucemas, ... cuando tuvo glorioso remate, sirvieron para olvidarlo,- por lo visto con caracter definitivo y como si se hubiese tratado del más completo descalabro. La campaña de propaganda que por las provincias del Norte está realizando el nuevo p-1.rtido de la Unión Monarquica, vá dando lugar a alteraciones de orden público verdaderamente lamentables, de las cuales son orgsnizadores y principales protagonistas estos defensores de la libertad (?) que por estas tierras tanto abundan, y que al igual que el sacristán de cLa Marsellesa>, proclaman en alta voz el pensamiento libre, si bien s:on partidarios de la des11parición de todos aquellos que no piensen como ellos. Y es lamentable el espectáculo que se viene dan_ do, ya que prueba que l)lredicar ideas de órden son letra muerta para cuantos cifran su medro personal en la violencia y en procedimientos qu<? traerán como consecuencia inmediata la ruina de España. Los elementos de orden siguen en el retraimiento más absoluto, pero también más imperdonable; padel!en u:ha verdadera ceguera con ests indiferencia que les impide ver el riesgo gravisimo que en su día pueden correr, y que nunca como ahora se hace precis~ e imprescinzación para salir '3.1 l]laso. de cualquier perturbación que unos cuantos criminales intentaran. En resumen; el panorama politico español en los aetuales momentos está falto de diaf-snidad, hay en él verdadera desorientación y no se vislumbra el hombre que en un momento necesario fuese la clave que resolviera los problemas tan complejos que penden sobre el pais, y sobre todo que tenga 111 sufic~ente abnegación y espíritu de sacrificio para ponerse al frente de los destinos patrios, y que con ámplios poderes y con mano dura restableciera un régimen de energia que contuviera ambiciones y serenara ímpetus. La fiesta de 111 Virgen septembrina, vulgar· mente llamada da Melonera>, la celebró Madrid sa.cando procesionalmeñte a la Virgen de la Almudena, cuya imagen lucía el manto regala . do por la Reina Isabel 11, el mismo que llevaba cuando se cometió el atentado del Cura Merino, en cuya tela se ven las señales de la puñalada. También salió procesionalmente la Virgen del Puerto, de su ermita, situada en las orillas del caudaloso ( ?) M-anzanares, el arroyo aprendiz de rfo, que dijo el clásico; esta imagen tiene el privilegio de que a su paso por la Casa da Campo, salga de aquí otra de la Inmaculada, .propiedsd de la Real Casa, conducida por servidores de Palado, como acto de homenage. Y vamos de cara al otoño, en el supuesto de que quiera este señor dar señales de vida y termine de una vez el martirio canicular que padecemos. Empezó el reinado del melón con su dulce zumo, llenando nuettro mercado y puestos callejeros, y comenzaron los inteligentes a procurarse el E>abroso fruto, previo reconocimiento de sus calidades, para evitar el peligro de que lo aparentemente parece estar en plena m11durez, resulte luego un soberano ¡pepino. La fecha del 13 de septiembre, aniversario del golpe de Estado, pvará dePapercibida,-todo se olvida-, y solo como acto conmemontivo la Unión Patriótica se reunirá a oir una misa por quien fué su Jefe, cuyo patriotismo y cuya obra aparecen relegados, como si de los más funestos para el país Re tratara. Nada más que merezca la pena de ser contado acontece en el pueblo de los gatos, y en espera de que durante la dQCena ocurra algo más sustancioso que referiros, saluda a sus lectores. UN SEÑOR DE LA CORTE. Septiembre 10 de 1930. dible una verdadera unión y una íntima organi- ------------------"'
Tra~endental significación ha revestido este Rño la celebración del Día de la Raza en Manila. Su extraoficial programa sólo constaba de un número, pero de magnitud tal y de tan subidos quilates que por sí mismo culminó la ofrenda que en esa fec::ha corresponde a la· consagración de toda una estirpe cultural nacida con el descubrimiento del nuevo mundo y que es obra imperecedera de la civilización hispana. Porque es éste el amplio ah::ance de ia con..'. memoración, muy superior al que encierra el esti'echo concepto etnológico de la palabra. Entre los .paises de hispano abolengo, figura Filipinas en igual plano que sus hermanas, las libres naciones que se extienden desde Río Grande hasta el Estrecho de Magallanes. En igual plano en que se asienta la Madre común. Corresponde por tanto a Filipinas un _lugar en este concierto anual de la Raza y bién hace en no excluir su presencia. No obstante la distancia que la separa del continente en que se agrupan los otros paises de origen hispano, así como del solariego hogar, son incontables los puntos d'e contacto que a ellos la unen y que la identifican en inconfundible parentesco espiritual. U na misma Madre cristianizadora, una misma lengua y una misma religión predominante son, por sf solas, suficientes características reveladoras de este parentesco, amén de mil rasgos exteriorizados en su historia confirmatorios de esta inequívoca identidad psicológir!a. Habiendo sido la conmemoración de esa efemérides elevada a la categoría <!e fiesta nacional en España y en los pab:es hispano-americanos( e incluso en los Estados Unidos con el nombre de cColumbus Day>)-¿ no estarla indicado que también Filipinas consagrase oficialmente la fecha del 12 de Octubre? Tienen la palabra nuestros legisladores. No se hubiera celebrado el D!a de la Rua de manera tan digna y apropiada éste año si no se hubiera hecho cargo de esta celebración el cCírculo Escénico>. En un simpático pueblo de la Pampanga, Bacolor, nadó éida pujante socie. c!ad. Sus primeras manifestaciones de vid'a tuvieron por escenario el de aquellos teatros y salones provincianos. No aspiraban a más sus cultos y entusiastas organizadores y componentes, bellas señoritas y distinguidos caballeros cuyo refinado espfritu, d~purado gusto artfstico y vasta ilustrc.ci6n pónense de manifiesto en sus obras. Pero como todo organismo que atesora mérito extraordinario, ,pronto se propagó su bien ganada fama, haciéndose esperar en Manila con verdadera impaciencia el momento de su presentación, insisVentemente requerida. Verificóse ésta hace pocos meses con cCancionera,., joya poética de los hermanos Quintero y cLa Alraciana>, linda obra del género lírico. El ~xito fué rotundo y definitivo. Plenamente trinfó el cCírculo Escénico>. La prensa le hizo justicia, re.producción de la que ya el gran público le rindiera, y desde entonces el cCírculo Escénico> forma parte, legitimamente ganada, de la linea avanzada del hispanismo en estas islas. Su aparición es síntoma alentador, como brote expontáneo de la flor que denuncia Ja existencia de la savia vital que corre por el tronco y la honda raigambre que reafirma en la tierra al árbol que ya temfamos ver caer ... ... Y llegó el Dia de la Raza y el cCírcu!o Escénico> presentóse por segunda vez ante el público de Manila asumiendo la responsabilidac!- de un colosal programa: e Los inte1·eses creados> y cLa Canci6n del olvido>. Aunque en otro lugar de éste número de ExCFLSlOR se hace la crítiea de la interpretación de estas obras y se describe la brillantez del espectáculo y la distinci~n y "esplendor de la concurrencia, no 1PQdemos menos de rendir por nuestra parte nuestro sincero y cordial tributo a la excelente labor de las gentiles e inteligentes señoritas y caballeros d'e tan culta agrupación, no ocultándoles nuestro vivo deseO de que no transcurra mucho tiempo sin que de nuevo nos deleiten con las bellezas de su arte admirable y admirado. UN CHICO DE LA PRENSA.
[_,os m iembros d-: la lr7islat11ra, de la Of icina Ej(lc·11t > vri y los Sc·.Trtan·os Dc7mrtam-~ntules, con s1~.s rcrpcl'fivm; soloras. en el (informo/. danzant) con r,ue se cerró el programa deportivo quie con motivo del 239 aniversario de la Leg1-slatura, se llevó a cabo en el Philippine Colutnbian. . . Foto "EXCELSIOR"
AD:\llNISTRACION Sta. Potenciana 32 REVISTA DECENAL ILUSTRADA Registrada en la Administración de Correos como correspondencia de segunda clase. A. GARCIA Tt:MC:F.RA EPOCA Edi101-Prop. NUMERO 879 MANILA, 20 OCTUBRE, 1930 At'IO XXVII Mosaico Decenal Decididamente, a medida que terminá el año, la vic!a de la capital va cob1·ando mayor anima· ción en todos sus aspectos. El XXIII Aniversario de la Legislatura Filipina se ha celebrado con una brillante fiesta, dividida en dos partes: una puramente deportiva, y otra social, celebrada en los salones de la «Philippine Columbian Club». En Ja primera, tomaron parte nuestro Gobernador General y varios ciales de singular relieve, por Ja selecta con.currencia que a ellos asistió. La tradicional Naval de Manila terminó con la solemne procesión, de la venerada imagen de Nue~tra Señora <!el Rosario, que saliendo del templo de Jos RR. PP. Dominicos, recorrió las Princ:ipales calles de Intramuros. El Club de los Rotarios de Manila ha celebra· do su c:Día Español> con su acostumbrado banquete semanal, que !';e verificó en los salones de la Casa de España, cedidos para tal objeto. La venerada imagen de Ntra. Sra. del Rosa'rio •ffi la artística can·oza en que ft1é conducida en la solemnísima y fradicional procesión que recorrió las calles de Jntramiu·os; a la que asistie1·on numei·osisimos fieles. 1-·010--EXC:ELSIOR fO··~jH) distinguidos legisladores y funcionarios, y a Ja segunda asiistió lo mejo1dto y más selecto cte nuestra sociedad cosmopolita, vistiendo el traje del pafs casi todas las señoras y señoritas, que con su bel1eza y hermosura fueron Ja meior gala de la fiesta. Además de esta fiesta, merecen mencionars~ la recepción y baile de inauguración· c!e la sociedac!· «Good Fellows» de la «Y. M.C. A . », e1 baile de etiqueta del 4'.Smiles Club» y el del «Club Electa» que han sido otros acontedmientos soAl terminar la decena, un gl'upo de socios del Casino Español, aficionados al arte de Talia, pusieron en escena en el teatro «Opera House», magistralmente y con éxito, la preciosa comedia «Cuento de Hadas», con que inician una serie de representaciones teatrales. Por fa-Ita matetial c!e tiempo, nos vemos preci~ados a dejar para el próximo número la reseña de dicha función. Y con lo anotado, no deja ya disponible este mosaico ningún sitio para otras notas más.
NOTAS DE ILOILO Aspecto que o/recia el muelle Loney de Iloílo, al atraca.1· al mittmo el vapor ViZcaya, en el que t·egresó a _ aquella capital su ex-gob,e?'?Wdor Sr. Arroyo quien tuvo que hacer el recorrido del muelle a su casa, a pie, acompa1iado de un enorme gentío, qu.e se calculó en mas de cuatro mil almaa, que durante el trayecto no cesó de vitorear y aclamar al 1·ecién llegado. ------ ------------ ------ - - ·------- - - -MONTE DE PIEDAD Y CAJA DE AHORROS DE MANILA FUNDADO FN 1882 ¡UNA INNOVACION! Se ha aprobado recientemente la siguiente JNNOV ACION en los DEPOSITOS hechos en este Establecimiento: DEPOSJTOS FIJOS DE UN Al'IO AL 57< ANUAL Se recibirán depósitos fijos d'5de P!OO.CO para arriba y se pagarán intereses a ti· pos especiales por trimestres vencidos en los depósitos retirados antes de expirar el plazo de un año. CUENTAS DE AHORROS Se admitirán en Ja Caja de Ahorros de· pósitos desde 1 peso para arriba al 4-'h % anual, CAPITALIZADO TRIMESTRAL•. MENTE. OPERACIONES DESDE PROVINCIAS l EMILIO DE MORETA Direuor Ceren1e Pl•u de Coiti, M.nil• TELEFONOS: P. o. Box 1071 Director: 2-27-41 Dire.,ciOn Tcle1rd/i.,11 Oficinas: 2-13-79 MONTEPIEDAD. MANILA LA PALMA DE MALLORCA HOTEL Y RESTAURANT PANAOERIA Y REPOSTERIA Especialidad en el servicio de Banquetes poro Bodas, Bautizos y cualquier índole de fiestas. Espacioso JI Ventilado S11/6n Para Grandes 'fteunionu, Bailes JI Fiulas . JUAN GALMES. SOLARA 187. INTUNUIOS NARIU Propieta 1 io TEU: J 2-33-50 2-33-59 Et Gobe1 nador Gennal Sr. Davis, con .el Secretario Sr. Filemí)n Feréz, que deJTotaron en los partidos de tenís por parejas, a los Re1n·esentantes S1·es. Moldero 11 Nepomuceno. En la fotografía también a1Jarece el Sr. Manu1 el Tria·rfe, orrpn.~ nizodm· del 1n-og1·ama deportú:o por ~l f239 aniversprio de la Degislalllra. El Speaker <W la Cáma1·a de Rep1·esent a n t e s Sr. Roxas, con el Presidente d e l Senado, S-1·. Osmelia, en el mom.enfo de iniciar el vartido de bolos entre el equi110 de la Cámara y el del Senado. Los d"S equipos lle bolos del Senado y de la Cámara, con sus 11es7)ccttvos capitanes.
A Monina Acuña, la de los ojos que invitan a ~oñar, le pregunté un día: -¿Qué 1 prefieres: ser Mifs Philippines o ser la Número Uno de los exámenes del foro? -Lo último, naturalmente. -Entonces, ¿prefieres el talento 3 l~ belleza? -No precisamente. Sino que en un concurso de belleza sólo entran mujeres, mientras que en los exámenes de Ja corte la mujer que gane et primer puesto ha de vencer a hombres y mujeres ... , Sin esperar a más, corrí en bus· a de la Srta Teda San Andrés, que obtuvo el más 3lto promedio en los exámenes forense> de este año poniendo por los sue!os, ¡;or primera vez en Ja h:storia, la pretendida supremacía del sexo fuerte, en materia de leyes. La encontré en el dormitorio de Santa Teresi- · ta, cabe el campus universitario, guardada por los· ojos vigilantes y el celo mate1 nal de las Flo1 es del Carmel o. Se engaña el lector si, por tratarse de un dormitorio religioso, cree que el que entra en él ha de hallar el sosiego sereno y la quietud beat:fica de un convento, o el elocuente silencio de la casa del Señor. Al penetrar en el saloncito re:!ibidor os acoge enseguida el ruido de una batalla: la -de t!inco o seis pfanos, .probando a ver quién _ suena más y mejor. Ni pretendáis averiguar qué pieza o que sonata os lar&-a cada pianista, porque por más fino que tengais el oído no lograreis discernir más que la jaqueca que os producen todas las notas del pentágrama volando cada una por su lado y armando más alboroto que colegial-as en día de asueto. ¿Y es en esta casa de batallas musicales, donde se ha preparado la Srta. San Andrés pan ganar su homérica batalla foren&-e, en competeÜ"cia con más de trescientos otros candidatos de ambos sexos? ¡Hum . .. hay que po:ier!o en cuarentena! La primera pregunta que hice a la abogada Número U no fué pára resolver mis dudas. -¿Es verdad que le llaman a usted «la estudiosa~ ? Srtn. Tecla San Andrés v Rávago que obt.uvo el mayor promedio en los exámenes para abagados de la Corte. -Sí, me pusieron es-e mote mis compañeras, porque muchas veces he preferido mis libros a sus pa1·ties-. .. -¿No querrá usted decir que se ganó ese mote estudiando aquí, a menos que in:s estudios s-e:.n también de piano?-y señ3lé ~ Ja señorita Teda a las que tecleaban de .Jo lindo en la habitación vecina. - -Pues aquí mismo, sí señor; y como es verdad que molestan un poco tantQs tecleos y tantos gorgorito~, .porque también' hay otras que se les da por aprender a cantar. aunque a veces sospecho que en vez de cantar aprenden a gritar, he tenido que meterme con frec;uencia en la pequeña sacristía de la capilla que aquí tenemos y e-errar las puertas para poder estu.di"!lr . . . -Y ¿cuál fué, si puede decirme, la llave de su éxito en los pasados exámenes? -Pues eso : estud!ar y estudiar, de la mañana a la tarde, de la tarde a b noche, y de la noche hasta la una o las tres de la meii:lrugada hOra esta última a la que llegué un3 vez, pero que no volvi a repetir, .porque al día siguiente me sentí mal. --.¿Cuántos meses duraron sus estudios de reválida, o sus preparativos para el examen? -Tres meses, durante los cuales he tenido que rechazar invitaciones a paseos, a fiestas y hasta al cine, que tanto me gusta. Durante ese tiempo, creo que sólo una vez pude ir al cine. -¿A quién debió usted su triunfo en los exámenes, aparte de sí misma? -A la Virgen de Peñafrancia, que se veryera en nuestro pueblo de Naga, Camarines Surrespondió sin va.cilar.-¿No sabe usted la fama de milagrosa que tiene nuestra Virgen? Pues a e1la elevé mis preces noche y día, para que me ayuda:::e a pasar los exámenes. -¿Nada más que a tpasar los exámenes? ¿No le pidió a usted, en lo íntimo de su corazón, que también Je diese el más alto promedio? -No, señor. Fuera demasiada presunción de mi parte pedirle tal cosa. No me crea usted tan pr'e!'lumida. Pero, eso sí, yo le pedí a Nuestra Señora, con todas las fuerzas de mi alma. que me librase de tener que l'epasar otra vez, porque el repaso que yo tuve que hacer, francamente, no quiero ni recordarlo. ¡Cuánto meños, volverlo a hacer ... ! -¿Es la primera vez ac-aso que obtiene uste~ el primer puesto en exámenes? · -Sí, señor, la .primera vez. Y yo misma fui la más sorprendida de todos, del resultado de mis últimos exámenes. Tanto que cuando recibí el primer telegrama de mis amigas, dándome cuenta de ello, no lo quise creer. . . ¡La noticia :::onaba a demasiado buena para ser cierta! Tuve que eonv2ncerme de que así era en realidad, cuando leí los periódicos. -¿No recuerda haber recibido un honor ~e­ mejante, en sus años de estudiante? -No recuerdo. Ni cuando estudiaba en el Colegio de Sta. Isabel, de Naga, Camarines Sur, donde hice los primeros estudios.. Ni más tarde, cuando me trasladé a la Escuela Central Católica de Tabaco, Albay. Ni por último, .~uando me gradué en la Naga High School. El honor que alcancé más próximo al de ahora fué un segundo puesto en el euadro de honor mensual en mi tercer año de high school. Luego, en el colegio de leyes· de la Universidad de Filipinas, me gradué en marzo pasado ocupando el 3.er puesto, después de los señores Albendía y Ramón Diokno J r., que eran realmente los mejores de la clase. ¿Cómo iba, 1pues, a presumir, que alcanzaría el primero en los exámenes de la corte? El talento o la aplicación de esta jóven que ha1~e honor a su sexo y a sti profesión sólo puede compararse a su propia modestia. Actualmente trabaja como auxiliar en uno de· los bufetes más conocidos de la ciudad, al que fué invitada por los socios espontáneamente, sin solicitarlo ella. Esto, como buena cristiana, lo reconoce ella, no como un crédito personal suyo, debido a sus propios merecimientos, sino como una generosidad más de la Providencia Divina. -¿No cree usted incompatible en una mujer la carrera de derecho con el cuidado del hogar? -No, ciertamente. Porque una abogada es más inde1pendiente y tiene muchas más horas libres que una maestra, por ejemplo, o una enfermera. Y, sin embargo, ¡cuántas maestras y cuántas enfermeras son un éxito en su profesión, y no por eso son malas esposas, ni madres desnaturalizadas! Mi última pregunta: -¿Cuál es su más alta ambición? ¿Ser magistrada, presidenta del senado, o vicegobernadora? -Nada de eso: mi mayor ambición es ser útil a mi Dios, a mi pueblo, y a mis viejos en el hogar, dulce hogar ... JU ANITO. El desagradable olor de la transpiración puede contra~ rrestarse. Y es mi.:1~ho mejor quitarlo que tratar de NEKO:' EL t GENUINO JABON t GERMICIDA 8 I~---disfrazarlo. · Usted puede fácilmente librarse del olor de la transpiración mediante NEKO--el genuino J-a.bán Germicida-porque NEKO limpia la piel y neutraliza el olor en donde se origina. PARKE, DAVIS 8' CONIPAAIA Detrolt &. New York, E. U. A.
-~ Rotary Club of Manila-Spanish Day Meeting. J En el salón principal de la Casa de España, cedido galantemente y adornado aon carteles anunciadores de las· distintas regiones españolas, c:!el Real Patronato de Turismo EsiM..ñol, se celebró el Jueves pasado, 16 del actual, el acostumbrado banquete semanal del cRotary Club of Manila>, dedicado a su cDía Español> anual N organizado por el comité formado por los Sres. ~lorent,ino Garriz, Joaquin Mencarini y Antonio Rosado. A las mesas, en cada una de las cuales se veía una letra de flores naturales, formando todas el nombre de la fraternal· sociedad, se seintaron ciento veinte rotarios y ochenta socios del Casino Español de Manila, concurrencia en la que e:.tuvieron representados todos los e'ementos comerciales americanos, filipinos y extranjeros re-" sidentes en Manila, y una de las mayores registradas en los anales de los banquetes de la sociedad. Terminada la comida, cuyo suc:;ulento menú lo formaron platos genuinamente españoles, el Sr. Don Antonio de la Riva, Presidente del Casino Español, levantó su copa para brindar por los Estados Unidos de Norteamérica, Filipinas, España y los rotarios de Hanila, correspondiendo el Presidente de ]a Sociedad, Sr. Samuel Gaehes, con otro brindis por España y Filiipinas, leyendo acto seguido, entre calurosos aplausos, el siguiente telegrama: c:Presiden~lub de RotariosMadrid. El Club de Rotarios de Manila en su reunión semanal del 16 de octubre celebrando au Dla Español brinda por su Majestad Don Alfonso XIII y envía sus saludos al Club de Rotarios de Madrid esperando se estrechen aun mas loa lazos que unen a España y Filipinas--Sam Gaches-Presidente, Manila Rotary Club; y su contestación, recibida poco antes de comenzar el b~nquete: •Club de Rotaríos-Manila-Club de Rotarios Madrid saluda rotarios Manila, deseando también se estrechen más los lazos que unen ambos paises>. El Sr. Don Carlos Oteyza pronunció después un hermoso y brillante discurso, de to'nos elevados, que versó sobre la necesidad de que todoa los españoles, sin distineión alguna, rompiendo con su inveterada costumbre de menospreciar lo propio, alabando en cambio lo ageno, por- la única razón de serlo, sean los primeros en poner a España ante los ojos del Mundo tal cual es, destruyendo la malévola leyenda negra que sobre e11a pesa al dar a conocer los inmensos e inestimables tesoro~ que encierra en su suelo, en su historia, en sus artes y en su cultura; haciendo a continuación una rápida y precisa descripción geográfica de la Pen!nsula Ibérica y de las inapreciales joyas arquitectónicas y artísticas que contiene, para terminar afirmando que ES¡paña es, a su modo·de ver, un brillante de tan numerosas facetas, que por mucho que se crea C"Onocerla, cada vez que se la mira se encuentran en ella reflejos desconocidos y nuevas y sorprendentes "luces. En el c!·iscurE"o, que fué muy aiplaudido, al hablar el Sr. Oteyza de los rotarios, leyó lo que transcribimos a continuación, del Club Rotario de E~aña, y que es un a modo de declaración de fines y propósitos de la Sociedad internacional: ¡ Rotarioa de España! El biffl. sob.,.e el mundo, por norma el .trabajo, por ley la hon:radez. ¡Que suelten guiadas de impulso fecundo la paz, au paloma, au dtwdo, el amor! Apoyo al herma.no y honor a la gutYrra un ola deseo 11 un credo común. / Rotarünr del Mundo en torno a la tierra eriid la cadena d•l Rotar¡¡ Club 1 ¡ Rotarios de Espaiia! La nueva. cruzada toctindo sus trompas os mueve· a luchar. La lanza está rota, mohosa la espada., ¡Son otras ·1aa arma& qu.e habeis de emplear l Y como fin de fiesta, el Profesor Sr. Balduz tocó al piano magistralmente una hermosa Jot~ del mae3tro Larregla y el Sr. López Luna ea~tó tres bonitas canciones españolals, baPando por último, en parejas, las bellas Srtas. Elena y Juani· ta Vallejo y Carmen y Asunción Biel; bailes sevillanos. Huelga decir que la coru!urrencia premió eon prolongados aplausos la labor artf~tica de las Srtas. de Vallejo y Biel y de lo• Sres. Balduz y Ló¡pez Luna, con lo cual se dió por terminado el acto, saliendo todos encantados de tan hermosa fiesta, cuyos organizadores fueron muy felicitados.
~---====---~---====---~ ~ "T dlkies" en Cdstelldno ~ ~---===~-o---===,__-o Hace días leímos con verdadera satisfacción, dado nuestro modQ de pensar, que ya conocen nuestros lectores, respecto al cultivo y difusión del idioma castellano en Filipinas, una vigorosa protesta del «Círculo Cervantino>, cCírculo Escénico>, «Asociación Talia». cCultura Hispánica>. cAcademia de Cervantes», otras instituciones y centros docentes y culturales, cuyos nombres no se mencionan, Bohemian Sporting Club y Peña Ibérica, contra el proceder de la cMetro Goldwyn Mayer> de no exhibir películas habladas en español, devolviéndolas cinéditas> a los Estados Unidos. De injusto califican semejante proceder, pues hablando y poseyendo un cuarenta por ciento de la antigua y de la attual generaciones cel idioma de Cervantes mucho mejor que el de Shakespeare», no hay razón alguna para imponerles sólo el inglés, contra todos los cánones de la equidad; y menos aun, cuando, olvidándose la mencionada empresa de que cla cultura y la civilización hispanas en este país han echado hondas raíces en el alma filipina>, y de que puede facilmente, sin perjuicio para ella, satisfacer a esa respetable porción del público insular, prefiere no haterlo así, llevada de un mal entendido ego:smo o de una economía .peor comprendida, si Se considera que las p~lículas habladas en castellano challan franca acogida en el público de Filipinas>, como lo demostró, según los protestantes manifiestan, la últmia cinta de la cMetro Goldwyn Mayer>, titulada cln Gay Madrid>, rodada en el Cine Ideal, que se proyectó durante varias semanas, con llenos •!onstantes y sin precedentes. Por todo lo cual, las citadas entidades piden a la Agencia de la repetida empresa, en Filipida~ en castellano que retiba, sino que traiga otras más cpara beneficio tanto de la cMetro Goldwyn Mayer> como de ~sa parte del público qu~ también es su favorecedora y que se deleita más oyendo hablar en español.> . Tan justa nos parece la protesta y tan atinadas y oportunísimas las razones en que se apo~ ya, que las hacemos nuestras y suscribimos, fíeles a nuestro ideario y a nuestros propósitos. Dit!en que en los paises regidos por la bendita, igualitaria y tan cacareada Demoracia, a todos los ciudadanos se les reconocen los mismos derechos y se les guardan los mismos respetos; mas ,para algunos esto, por lo visto, no reza en Filipinas con el idioma castellano, porque ya vimos que una empresa cinematográfica como la cMetro Goldwyn Mayer>, tabicándose a cal y canto los oídos para no oir la subyugadora r!anción de los buenos y _legítimos pesos razón su .. prema en estos tiempo& de material positivismo, --que le rendirían 1as películas hablada.s en cazdellano, prescinde de ellas, y al hacerlo, no repara en que su Agencia de Filipinas se debe a todos sus favorecedores, sin irritantes e injustificadas distinciones. Confiamos en que volverá de su acuerdo y tornaremos a ver en el Cine Ideal películas totalmente h.ecltas y habladas en castellano, como sucede en otros cines que no son tan exclusivistas, sino que atienden, como puede apreciarse en sus tPrDgrama, al público gustOso en ver películas habladas en español. nas, que no sólo no devuelva las pelfculas habla-._ ________________ _
Un animado grupo de los numeroeos invitados que con motivo de sus cum1>lemios reunió en su 11esidencia la Srta. Charito Lalana, que .~e desvivió por agasajarlos y atende1·/os, los cualrs, como no podia ser menos, 1·indieron fervoroso culto a la dwsa Tepsicot·e, hasta hora muy avanzada, no decayendo un momento el entusiasmo. La pop11lm· y simpática Srta. Felicin Mateu (en rl cenf1·o) con sus bellísimas amigas y simpáticos amigos, a quienes ?teunió en s1l 1·esidencia con el o/Jjeto de celebra1· sus cumpleaños. En la fiesta hubo un de1·roche de alegria y entusiasmo. Numerosa y distinguida concun·encia q11e asistió a la fiesta dada en su residencia por Da. Pila·r Vda. de Miranda, con motivo de sus cumpleaños. En la fotografía aparece la festeja":a y anfitl'iona, 1·odeada de sus invitados. Fn1n-tXC.F.l.~IOR W•·rjas)
Se ha inaugurado un nuevo cine en Manila. Parlante, claro está. Y que habla más alto que nada contl'a la pretendida crisis actual. Porque hoy día no solo aumentan en número los cine!ll, sino que se llenan. Y hacen su negooio en ccash>. Cosa que no hacen los demás negocios. Amél'>ica :por boca del Secretario de Estado, nuestro viejo amigo Mr. Stimson, ha decla1·ac!o que no venderá armas ni municiones a los rebeldes del Brasil. Hasta que estos señores tengan la sarten por el mango. Digo yo ... {!:l Juez D. Simplicio del Rosario, ejemplar cruzado de la moralidad pública, ha condenado en letras de molde el desnudo en el teatro y en la 1::alle. Ha protestado indignado contra la" artistas de c:vaudeville», contras las cintas que exhiben desnudeces y contra el descote en Ja calle. Penosa labor la que se ha impuesto señor de tan pudonorosos sentimientos. Porque la impudicia en el atavio femenino es problema que alarma hasta a los mismos dignatarios de la Iglesia, que no saben cómo impedir que el deshonesto desnudo invada hasta la pl'opia Casa de Dios. No .es en el caba.nt, ni en el cine donde hay que empezar a cortar el mal. Es en el hogar. En el descastado hogar de aquella púdica María Clara que inmortalizó Rizal ... Y que el jazz, el boh-hair, los spo,·ts, los afeites y demálll achaques modernos han convertido en una señorita con aspecto de arpia. Harto ya de hacer las cosas en ·grande, el americano dedica ahora su atención a hacerlas en pequeño. Siguiendo los moldes establecidos por el fabricante inglés de autom.oviles cAullltin», en América ~ construye ahora un diminuto automovil que ha hecho su aparición en el mercado con el nombre de «American Austin>, y el apodo de cel pequeño». Este automovil que es, en tamaño, como la mitad de un cFord» corriente, me parece heeho de encargo para algunas de nuestras calles. Y al decir calles quiero hacer constar que incluyo a nueJ11tra famosa Escolta, con pretensiones de Quinta Avenida, :Pero con todos los inconvenientes y estl'echeces de una calle del siglo d1eciocho. Siguen vacantes dos puestos de mucha importancia. En España, el de Presidente de la República Española, que no llega a pesar de todos los aspavientos y todas las agorerias que nos endil~ gan las agencias de publicidad americanas, que son las que aquí nos surten de noticias, las cuales se empeñan en ver revoluciones y conatos de "l!. ~ARc1ssE BLEu':ie.Jrt.ur~-~m~ .l..<>CIONES C<>LC:>NIA.S - Pe:>L"ClS ANTONIO VIVES P.o. eox. .,,.) l'evo1ución en cada hue1ga c1ue estalla en cunlf"-----------------quier capital de provincia. Y aqul, el de Director de Correos. Puei¡to este último al que le han hecho dú> euanta'.s personas extrañas a la oficina de marras a quienes ha sido ofrecida la plaza. Y acontece con esta oficina de nuestros desvelos y nuestras fatigas en este asunto del Director, lo que con el enamorado del cantar aquel que c:Ni contigo ni sin ti, tienen mis ;penas remedio. Contigo, porque me matan, y sin ti, porque me muero». Señores, porque el poderoso gobierno de los Estarlos Unidos de América halló necesario alterar el tamaño de sus billetes de un dólar, emi'l' tiendo un billetito muy 'Semejante al nuestro en c9lor y forma, ahora ·nos t.oca a nosotros cambiar el color y la forma del nuestro c:para evitar confusionen. Y nuestro peso en papel, que era, hasta h&l!e poco, muy poco peso, y muy poco pa¡pel, va a sufrir una trasformación sustancial por obra y gracial del dólar americano. Nos prometen, sin embargo, que lo van a adornar con preciosos colores. ' Nada, que va a salir a la calle tomo un pimpollo de esos modernos que tanta fatiga le dan a nuestro querido amigo el Juez Del Rosario. Con motivo del ascenso a Teniente Coronel del Comandante de la Constabularia Sr. Paulino Santos, se han tributado a este caballeros elogios tan calurosos como merecidos. Porque pocas veces se dá el caso, en instituciones a las cua]es no es agena Ja politica, de ascensos en los que el mérito, y nada más que el mérito, han movido el fiel de la balanza. El Coronel Santos comenzó hace veinte años . como soldado raso, y fué ascendiendo hasta el puesto que ahora OCU¡pa, por méritos en el Sf'rv1c10. Su ejecutoria como Gobernador de Lanao es una de las más brillantes del historial de la Constabularia en dicha provincia, en donde tantos y tan estrepitosos fracasos se registraron bajo la égiC!a de gobernadores americanos. Y como casos similares a este del nuevo coronel Santos se dan tan pocos, cuando se dan, resaltan con la prestancia de la Toma de la Bastilla. Y hasta el Senado, ese alto tuerpo de las confirmar.iones en los nombramientos, es.cribe una página limpia en sus actas, hacieii.do constar un CLARA BOW y RICHARD ARLEN Continuan siendo lo que son debido .. . debido a que? INDISCUTIBLEl\IENTE A LA PASTA DENTAL PEBECO es completamente diferente de todas las demás. Es un compuesto científico alemán, el resultado de muchos año1tr de estudio y no es la ordinaria mixtura de jabón y esencias dúlcificadas. LA PEBECO contiene importantes sales, que neutr-slizan los ácidos destructivos que siempre se forman en la boca. Su sabor refrescante y duradero y sutil gusto de sal le a~adará, PRUEBELA HOY BOTlCA BOIE nombramiento hecho c:por unanimidad». t.---------·--------,; Que no es cosa que el Senado pl'odigue. r--------------------------------~ Y ya que hablamos de la Constabularia conviene que hablemos del retiro solicitado por el Coronel De Los Reyes a fin de aceptar el ;puesto de Jefe c!ei Servicio Secreto aduanero. 1 ~::~.~ .. ".º"~~ .~~~'.~~: ... !¡ Y PIU:STAAIOS Está visto que desde el fracaso del Comandante Gallardo, Aduanas prefiere tener un Jefe Secreto independiente de la Constabularia. Hay más cooperación--dicen los aduaneros. ¡ Hummm !-murmuran los constabularios. Ustedes dirán. Digo yo ... El jóven Presidente de la Cámara Baja, Sr. Roxas, en un discurso que ha pronunciádo en Vigan, capital de llocos Sur, ha criticado acerbamente el sistema educacional filipino. Y ha dicho que le falta nacionalismo. Si yo fuera Roxas, me atreveria a decir más. Me atl'everia a decil' que le falta lo printipal: eduCadón. Porque hasta ahora, los dirigentes de nue~tro sistema de enseñanza, no han sabido distinguir i Al jóven estudiante filipino se le enseña muFundada en l!l JO ! ... o. uox I05 ~IANll.A ! ACCIONES DE RENTA Y AHORRO Se facilita dine1·0 en imnejm·ables condiciones: ) adquil'ir propiedades. construcciones. P A R A reparación de edificios. hipotecas sobre bienes raíces. Pídanse IJl'O&IJecl0& -Se remiten gratis. ANTONIO MEl.IAN P•rrsidente. MANU~I. M. RINCON Gernt•. entre instrucción y educación. l Y están instruyendo sin educar. cha geografía, mucha historia de los Estados ---------~ Unidos, mucha aritmética y álg.?bra y geome- • tria. Se le enseña a jugar a todas las pelotas habic!as y por haber. Se le enseña física y qu:mica. Se le enseña inglés, malo o bueno, pero mucho inglés. Pero no se le forma el carácter, no se le troquela la voluntad, no se le educa el el\PÍritu. Y eso, todo e!lO, no solo es nacionalismo, porque forma ciudadanos fuertes, mental y moralmente, sino que es cristianismo, porque es la base de todo pueblo que. no solo tiene ambiciones, sino que tiene razón de tenerlas. Y !S-abe alcanzarlas. l 11i-eo ANDA w.c. 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ante el proscenio l Los Intereses Creados-La Canción del Olvido j Fácil acierto fué el mió ciertamente, cuando en el número anterior de esta revista predije que el «Círculo Escénico», esa notable agrupación artística filipina que con tanto amor cultiva aquí el Teatro español, cosecharía un triunfo más y muy merecido en su función de gala por el Día de la Raza. Triunfo completo, rotundo, del que pueden sentirse justamente orgullosos y satisfechos el «Círculo Escénico» y su Director, el Sr. Fran­ cisco Liongson, para quien todos los plácemes son pocos. Público de los grandes acontecimientcs tea­ trales, con la concurrenia del Gobernador Ge­ neral Sr. Davis, del Senador Sr. Osmeña y de otras muchas y distinguidas personalidades fili­ pinas y españolas; los palcos adornados con las banderas de los Estados Unidos, España, Fili­ pinas y Repúblicas centro y sudamericanas, y prendido en el telón, como señera de una nobilí­ sima y ya fructífera cruzada de Arte y de ren­ dida pleitesía al idioma de Cervantes, el escudo de la artística Sociedad. Yá, desde el prólogo de «Los Intereses crea­ dos», esa pintura real y subjetiva de la Huma­ nidad, que tuvo en las señoritas y caballeros que forman el elenco del «Círculo Escénico» muy discretos y felices intérpretes, el público se en­ tregó de lleno y «vivió» con los actores los per­ sonajes que en el simbólico tinglado hace mover el genio del autor de la maravillosa farsa. La Srta. Elisa Gutiérrez, en el papel de Lean­ dro; el Sr. Arturo Joven, en el de Crispín; la Srta. Rosa P. Sandejas, en el de Doña Sirena; la Srta. Nenita Concepción—que por cierto dijo magistralmente el verso El reino de las almas del segundo acto y el del final de la comedia—, en el de Silvia, realizaron una magnífica labor, vo­ luntariosa, llena de aciertos y de verismo en la interpretación de los sutiles y complejos carac­ teres que personificaron. Las Srtas. Nieves Jo­ ven, Corazón Gutiérrez, Encarnación Livioco y Cármen Valdéz, en Colombina, Señora de Poli­ chinela, Risela y Laura, muy acertadas, como también lo estuvieron el Sr. Panlilio, en el pa­ pel de Polichinela y el Sr. Ceferino C. Joven en el de Doctor, sobre todo este último, quien con esa natural y fácil comicidad que como actor le caracteriza, se ha ganado por entero las simpa­ tías del público de Manila. Y los Sres. Ignacio P. Santos, José F. Vergara, Román Joven, José Valdéz y Demetrio Dizon, en sus papeles de Arlequín, el Capitán, Pantalón, el hostelero y el secretario, cumplieron a las mil maravillas, contribuyendo a la unidad y perfección del con­ junto. Y como no podía ser menos, el público premió con repetidos y calurosos aplausos una labor ar­ tística tan exquisita y digna de los mayores elogios. En el intermedio del primero y segundo cua­ dros del segundo acto de «Los intereses crea­ dos», la orquesta, dirigida por su autor, el co­ nocido y excelente Profesor de música Don Juan Hernández, nos dió a conocer un precioso pasadoble, titulado «El Día de la Raza», dedicado al «Círculo Escénico», composición vibrante y castizamente española, que arrancó entusiastas e insistentes aplausos, por lo que hubo de repe­ tirse, dejando aun al público con deseos de vol­ ver a deleitarse oyéndolo. Después, «La Canción del Olvido», en la que la Srta. Ofelia Pamintuan y los Sres. José Pan­ lilio y Ceferino C. Joven, con las Srtas. Nieves Joven, Elisa Gutiérrez y Nenita Concepción y los Sres. Arturo Joven, Ignacio P. Santos, Jai­ me Valdéz y José Valdéz, obtuvieron un mereci­ do triunfo. Delicadamente femenina en su papel de Rosina. la Srta. Pamintuan cautivó a los espectado­ res desde que se presentó en escena, cantando con depurado gusto todos los números musica­ les, en particular la preciosa canción que ha da­ do nombre a la obra, que hubo de repetir, com­ placiente, y haciendo un derroche de gentileza en dichos números y en las escenas habladas, en las que estuvo sencillamente deliciosa. ¿Qué de extraño, pues, que el Sr. José Panlilio, que desempeñó concienzudamente el difícil papel de ©(gFMSPimrtzi© EL MEJOR REMEDIO PARA LOS DOLORES Interpretes de «Los intereses creados» y «La canción del olvido». 1.—Sr. José Valdez, el Mortero y Sai” nación Livioco, Risela; 5.—Srta. Corazón Gutierrez, Señora de Polichinela; 6.—Sr. José Panlilio, Leoncio; 7— Nieves Joven, Colombina y Flora Goldoni; 10.—Nenita Concepción, Silvia y Una invitada; 11.—Srta. Rosa P. —Sr. José Vergara, el Capitán; 15.—Grupo general de las señoritas y caballeros que tomaron parte en «Los int eati; 2.—Sr. Ignacio P. Santos, Arlequín y el hostelero; 3.—Srta. Ofelia Pamintuan, Rosina; 4.—Srta. Encar—Sr. Ceferino C. Joven, el Doctor y Toribio; 8.—Sr. Arturo Joven, Crispin y el Sargento Lombardi; 9.—Srta. . Sande jas, Da Sirena; 12.—Srta. Elisa Gutierrez, Leandro y Casilda; 13.—Srta. Carmen Valdez, Laura; 14er eses creados» y «.La Canción del Olvido», y 16.—Sr. Francisco Panlilio, Polichinela y Pietro. Foto—SUN STUDIO. Leoncio, versátil y fogosamente apasionado, ven­ cido finalmente por las gracias de Rosina, dije­ ra con el poeta: «Quien la vió no la pudo ya ja­ más olvidar»? La Srta. Nieves Joven, en su corto papel de Flora Goldoni, trabajó con una consumada artista y el Sr. Ceferino C. Joven, en el de Toribio, ni que decir tiene que «encajó» perfectamente en él, manteniendo al público en constante hilaridad. El tenor Sr. Belloti cantó entre bambalinas, co­ mo lo que es, como un maestro del bel canto, la bonita canción del segundo cuadro de la obra. Las dos obras fueron presentadas con extre­ mado lujo en el vestuario y con decorado nuevo y muy adecuado. En fin; una noche inolvidable, en la que, iden­ tificados público y artistas en íntima comuni­ dad de ideas y de sentimientos, tributaron, el uno con su presencia y los otros con su entu­ siasmo y excelente trabajo, un significativo ho­ menaje al Día de la Raza, nó en el concepto ra­ cial ceñido, ipreciso o restrictivo que esa denomi­ nación pudiera tener o en el de una simple con­ memoración de una fecha histórica, gloriosa y trascendental, sino en el más amplio de exaltar y mantener una obra magnífica y generosa— religión, costumbres e idioma similares—, qve es patrimonio de todos los pueblos, libres o aun sojuzgados, que en tal fecha iniciaron su in­ corporación al Mundo civilizado, y que ha mol­ deado y elevado en tal forma sus respectivas na­ cionalidades, que ha impreso en ellas un sello inconfudible, único. Y ahora, en capítulo aparte, mi felicitación más sinctra y más cumplida al «Círculo Escéni­ co», a quien le corresponde, si no estoy equivo­ cado—que bien pudiera estarlo—la honra de ser la iprimera sociedad genuínamente filipina que ha tenido, en Manila, la feliz iniciativa de cele­ brar dignamente el Día de la Raza. Hago fervientes votos‘porque persevere, cada vez con mayores entusiasmos, en sus laudables propósitos, y por si algo puede valer, me per­ mito hacerle una pequeña sugestión: ¿Por qué no dedica una función en recuerdo y homenaje para cuantas actrices y actores compatriotas han brillado en nuestra escena—La Yeyeng, de Pastor, la Tagaroma, la Suzara, Carvajal, Ratia, entre los que recuerdo de momento—repre­ sentando en ese día una obra de autor filipino? BATERIA El Sr. E. C. Barnes con su distinguida señora e hi­ jos, que hace poco han re­ gresado, después de diecio­ cho meses de ausencia, du­ rante los cítales han reco¡rrido las principales ciuda­ des de Europa. El Sr. Bar­ nes, es el gerente general de la acreditada firma comer­ cial Warner Barnes & Co. de Manila.
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