Excelsior

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Title
Excelsior
Issue Date
Numero 883, Ano XXVII (30 Noviembre 1930)
Year
1930
Language
Spanish
Rights
In Copyright - Educational Use Permitted
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Dos campeonatos-de Mus el uno y de Tennis el otro-se clausuraron en el Casino Espaliol el domingo pasado, día 23 del actual. Entre las parejas mixtas del torneo d9 tennis, resultó formidable Ja combinación forníada por Ja Srta. l. Baumann y el Sr. Leopoldo Khan, hijo. Ambo~ ganaron el <:ampeonato con bastante facilidad, habiendo vencido por 6-4 y 6-4 en el partido final a la pareja ccmpuesta por la· Srta. ' Doris Lane y el Sr . Felipe Sanchez, a quienes cor'respondió el segundo puesto. El Casino anuncia otro torneo de tennis, con .. handicap'', rara nñoras. Est-e concurso comenuaá hacfo el mes de enero próximo y en el tomarán parte varias s:mpáticas y conocidas damas d~l club. :En el campeonato de Mus, que también terminó ~1 domingo día 23 de noviembre, salieron vietoriosos, después de reñidos jue.gos, los Sres. Santiago Friexas y Valentín Teus, tomponentes de la pareja victoriosa. El golf "pulgarcito", que hoy hace furor, ha cautivado hasta a los periodistas, tanto activos como retfrados, los cuales celebraron un torneo en el Mali-it, que resultó bastante animado y se taracterizó por los juegos reñidos que se disputaron. La ronda preliminar fué ganada por l. Reye.s, del "Herald", que marcó el registro mas bajo, haciendo un total de 48 pare los 18 hoyos. Su victoria fué doblé, si recordamos que en su primera ro11da hizo 48; pero desgraciadarr.ente se perdió su tarjeta y por eso tuvo que volver a jugar en presencia de varios amigos para vo!ver a repetir su hazaña. Pete Villanueva, también De la feria anual de la Universidad de Sto. Tomás. De izquie1·da a derecha: SJ'ta. Ponciana Mira, Profeso1· Lichauco, Srta. Alic-ia Santos, el Fiscal General, Sr. Ja1·anilla y la S1·ta. Milagros Santos, que incmguraron el « Wee Golf» de la facultad de lngenieria en la pasada feria. del Herald, se lle:vó el segundo puesto con un registro de 49. Concedido ya· uno de· las premios a Reyes, los "supervivientes" están luchando por conquistar otras dos medallas donadas por la firma "V da . e Hijos de Críspulo Zamora". Little Pancho y Pablo Daño han vue.lto a E"mpatar. La pelea fué un empate perfecto, no obstante la protesta de los obreros que intentaron agredir al árbitro Sangle por levantar la mano de ambos púgiles en señal de empate. Daño ganaba la pe).qe.. hasta el último asalto. Un gancho formidable, de Pancho cogió a Daño desprevenido y le envió al cnlonado por- el cuento de cuatro. Afortunadamente, la campana sonó antes de. que leo. c·ont•asen los 10 segundos de rigor. Esta proeza de parte de Pancho l'e valió el empate, pero no fueron del mismo parecer loS de la entrada general, y manifestaron su desacuerdo apedreando a Sangle y tratando de agredirle cuando se dispuso a salir del Stadium. La policía se encargó, sin embargo, de evitar que fuese lastimado. La carnarederia más f1anca y sincera reino entrt"' los sodos dl"l Club Japonés y los miembr.os del Philippine Columbie.n el Jueves pasado, 27 del actual, e Día di· Acción de Gracias», fecha en que el Philippine Columbian celebró un cHard 'rimes Party>. Los encuentros deportivos en que tomarol) p:irte japonesl"~, españoles, americanos y filipinos, fueron reñidos y en su mayoria interesantes por la lucha en ellos desplegada por los bandos contrarios. Mientras los cColumbianos> salieron victoriosos por desigual margen en el partido de beisbol contra los japoneses, en trnniB, fueron estos más diestros sin embargo, ganando la mayor parte de los encuentros. En beisbol, la superioridad de 'tos cColumbianos» fué indiscutible: ganaron por 14-1. P~blo Belmonte, cestrella> de la Normal hace algunos años, fué el héroe del día, pues gracias a su labor, los japoneses no registraron más que un tanto en la cuarta tanda. En cambio, los · vencedores, después de marcar cinCo 'homes en la primera . tanda, continuaron su ca_min~ hacia el triunfo marcando en todos los inn-in.gs, ~on excepción de] segundo. El Dr. Regino Ylanan, héroe de muchas batallas en su tienipo, fué ·et catr.her de los victoriosos. Derrotados en beisbol, pero no dl!!sanimados, los japoneses se ver.garon en los encuentros de tennis, ganando, como hemos dicho, dos partidos, perdiendo uno y empataiido en el cuarto. Los Sres. Shibata y Hayashi, del Club Japonés, vencieron a los Sres. P. Garcia y A. Torres, del Columbian, por 6-1 y 6-0, así como también los Sres. Dasai y Furutani, emergieron victol'iósos sobre la pareja compu-esta por el Juez Tuason y el Subsecretario Vargas, por 6-2 y 6-3. Buencamino empató con el Sr. Shuno, ganando primero por 6-0 y perdiendo despues por 5-7. El único encuentro ganado por el c:Phil'ippine Columbian» fué el que se disputaron los Sres. P. R. Francisco y Aoyama, que sucumbió por 6-1 y 6-1. Las dos parejas mixtas ·que representaban al Casino Español no tuvieron suerte¡ ambas perdieron contra los equipos del cPhilipp'ine Columbian». La pareja formada por Srta. Luisita Razon y el Sr. R. Gonzalez, perdió co~­ tra el equipo del Dr. Velarde y la Srta. Bereng~r, por 6-2 y 7-6, y la pareja compuesta por la. S1·ta. l. Baumann y el Sr~ Leopoldo Khan, hijo, también sucumbió por 6-4 y 6-4 ante la combinación del Sr. José M . Santiago y la Sra. de lcasiano. El encuentro más sensacional del d!a fué el de volleyball entre los cFlacos> y los «Gordos>. Estos triunfaron después de una «batalla campal>, que culminó en el acore de 21-18. DoN FRANCIS. Debido a hallarse indispuesto nuestro compañero el Sr. Eduardo Ros, que tiene a su cargo esta sección de deportes, la hemos confiado,· hasta ciue ·se reponga por contp~eito, cosa quei__-hacemos. ::votos sea muy pronto,· a. uri periodista de la l~&li­ dad, muy entusiasta ·y entendido en todo· Jo que SE) refiere a los deportes en generel, de e:uya reseña y comentario ha hecho Una especiali!iad. 78-80 4NDA W. C. PHONE 2-37-36
CANDIDATAS NOMINADAS PARA .. EXCELSIOR" l. Si·ta. Pilar Carvallo.-2. Srta. Me1·cedes Medb1a.-3. Srta. Pilar Revilla.-4. Srta. Concepción Soriano.-5. Srta. Enriqueto Dulay.-6. Srta. Ji..'milia Diago.-7. Srta. Efofra AUavaz.
Libras y francos. Y no pidan Vds. otra actualidad ya que este tema financiero absorve por completo la nota no del día, sino de la decena entera; inclu!!o sin querer, los menos aficionados a estas cuestiones financieras y hasta los legos en la materia, se sumerjen en el terÍ'eno de la discusión o de la hipótesis, en averiguación de las causas y concausas determinantes del bajón de nuestra apetitosa peseta, que siguen siendo al parecer un misterio, ya que medios y remedios se estrellan siempre ante la pujante alza de las libras y de los francos. Unas veces se atribuye cuanto en este particular viene ocurriendo, a Rusia y sus campañas petrolíferas, otras, a la emigración de capitales españoles al extrangero, y acaso con má~ acierto, y este rum rum vá tomando cuerpo y tal vez la vox populi sea la que más se apróxima a la exactitud, al antipatriótico rasgo de unos cuantos Señores, que adquiriendo grandes cantidades de diVisas extrangeras, a fin de promover la baja, sean los autores de esta lamentable faena, llegándose acago con acierto, a Personalis&r y a señalar con el debo a este o a aquel individuo, que atento a su interés personalísimo (y nunca mejor empleada Que en la ocasión presente la palabra i~terés), y con premeditación y complicidad y al parecer contando con la impunidad más absoluta, realiza sus operaciones emboscado y con la seguridad del éxito. El Gobierno, por su parte, no cesa de manifestar en sus notas oficiosas que cuenta con medios y procedimientos para normalizar la situacíón, y es cosa de preguntar para cuando los re-. serva, pues parece haber llegado la hora de llevarlos a la práctica, a no ser que haga lo que aquel politico de los tiempos de Alfonso XII, gran cosecheiro de vinos, que habiendo invitado a una comida al 11.orado Monarca, y preguntado por este, si en' sus cosechas y bodegas tenía mejores 'vinos, le contestó ufanamente: «Señor, los tengo mejores, ahora que los guardo para mejor ocasión». Algo parecido está ocurriendo en la presente y no se explica nadie esta lentitud en la aplicación de medidas radicales, ya que una investigación minuciosa daría la clave . del problema, y todo ca.stigo sería pequeño para quien el crédito de su patria lo pospone al negocio. La Bolsa, a las horas de sus sesiones se convierte en un hervidero; unos como meros curiosos, otros por razón de su profesión, esperan hasta última hora las <:otizaciones, y los establecimientos bancarios al comunicarlas en las pizarras expuestas al público, tienen un numeroso corro que comenta las incidencias bursátiles de la jornada, y una vez conocidas todo son cábalas y ~onjeturas de lo que ocurrirá al día siguiente. La situación va siendo desagradable, pues las insignificantes alzas, van seguidas de una baja inmediata, que hace perder la mejora de cotización de un día para otro, y repito, que ]as cau::¡as siguen en el misterio y sin duda poca es la prisa para averiguarlas, censurándose esta lentitud y la falta de ejemplar castigo, que seguramente daría mejores y más rápidos resultados que la creación de juntas, comisiones, y demás organismos. La polltica de blanduras y contemplaciones hay que deshecharla indudablemente¡ se hace de ineludible e inmediata aplicación, tanto en este aspecto como en otros muchos problemas nacionales, un regimen de rigor y posiblemente al sólo anuncio de él, variarian las cosas y la vuelta a la normalidad no se · hari& esperar mucho tieinpo. Todo, menos consentir el desprestigio que para el pals supone esta situación anb! el extrangero, que nos creerá poco menos que en un estado caótico, agravado por los continuos conflictos sociales, mucho más contribuyendo a esta campaña una no pequeña parte de la prensa, que sin eufemismos de ningún género aumenta la gravedad de las cinunstancias, y llega incluso a proclamar que un cambio de régimen, sería la salvación de España. Esto, en el país que más libertades disfrute, no se consentiria en, manera alguna¡ pero aqui es moneda c;orriente, r el levantamiento de la censura ha contribuido a ello. No he de ocultaros que la deseada normalidad y pacificación de los espíritus coO:tinuamos sin verlas¡ siguen los chispazos en todas partes, de ------·-------;-------·-------------. GUILLERMO TOLENTINO el escultor. mayor o menor duración; continúan las medirlas de precaución en varias capitales de provincias, y los partidos extremos no cejan en su labor propagandista, jaleados por personas que no ven el peligro que incluso para eUas mismas supondria el establecimiento de un régimen como el republicano, que fracaSó en España, y eso que en aquellos tiempos sus primates eran hombres de un talento excepcional y de una austeridad y una honradez política y privada, de que hoy carecen la mayoría de los que se titulan jefe¡ de fracciones republicana.s. Madrid sigue e;n completa tranquilidad, y afortunadamente sin sentir repercusiones de lo ocurrido en otras provincias; el elemento escolar no dá señales de inquietud, y aparte' pequeñas huelgas que no trascienden al exterior, estamos en el mejor de los mundos. Las noticia!' de las restantes regiones no son tan inquie· tantes como en la pasada decena, ya que SP. han ido resolviendo hs huelgas, y únicamente Barcelona sigue dando que hacer con sus estridencias, puestas al servicio de la revuelta. !;':"-·" ·· - . -, ,,. ... forma de política más racional en estos tiempos. La visita al Regio Alcazar del Sr. 18. Cierva, como es natural ha sido objeto de animados y diversos comentarios, atribuyéndosele un alcance que es posiblq no benga, sin negar que en los actuales momentos cualquier visita de un político de relieve al Jefe del Estado, puede ser motivo de posibles modificaciones o cambios . Nada se ha traslucido hasta ahora de cuanto en la entrevista se haya tratado, ya que según el propio Sr. La Cierva, su visita al Monarc· a no tuvo otro alcance que el de una visita de gratitud y cprtesía, por las aten~ ciones que el Rey tuvo con él, en ocasión del accidente de automovil que sufrió en Murcia el pasado verano; pero no faltó quien aventuró Ja hipótesis de que la Cartera de Hacienda la desempeñaría el Sr. La Cierva. No hay que olvidar que estamos ~n una etapa de rumores y noticiones que de haber plasmado en realidades algunos de ellos, tendrían a nuestro país poco menos que como una inmensa jaula de locos, sin esperanza de curación; afortunadamente no pasan de ~er rumores y ojalá continuen siéndolo. Pero siempre ha sido provincia que ha se· guido esta táctica, aca · so por contar con elementos dispuestos siempreí al desorden, que aun siendo en reducido número, logran arrastrar a una mayoría que tiene en .i"eque a los poderes públicos, y El monumento a Cei·vantes levantado en Madrid y del que es autor el escultor S1·. Caullant Valertt. La fecha de las elecciones ha tenido una nueva modificación, y parece ser que ahora se verificarán dentro del período comprendido entre el 21 de diciem~ sumarse al elemento e3colar entre el cual, y según rec:entementc ha podido com?robarse en Jos últimos sucesos, han figurado individuos que tienen de estudiantes, Jo que yo de pope ruso. La Univérsidad, templo de la ciencia, ha sido el blanco de sus atropeUos, con rotura de puertas, vidrieras, moblaje y retratos, como si tuvieran la culpa del mal humor y de la bilis de estos modernos sana culots, que opinan que .la violencia es la manera de demostrar su virilidad y la bre y el 4 de enero, avance de fecha adoptado por el Gobierno ante las dudas, suspicacias y recelos de la gente, de que las elecciones no se celebrarian o por lo menos no sería el Gral. Berenguer quien las hiciera. Pero en fin todavia falta tiempo, aun contando con este anticipo de fechas, y veremos quien acierta, si el propio cosechero o los augures . La provisión del Gobierno civil d'e Barcelona, es asunto que también dá orígen a barajeos y cubilieteos de nombres, sin que en definitiva se sepa nada ni el que desempeña el cargo haya pronunciado la palabra dimisi611, y sin duda para no dejar de ocuparse de Cataluña se susurra si el lnfan~ D. Carlos dejará el mando de 8.que1la c.~pitania general, noticia que ha sido desmentida. al menos por ahora . La muerte . del Presidente del Tribunal Supremo de Justici.a, Sr. Marin de la Bár~na, seguramente dará lugar a una .extensa combinación en la Magistratura, ignorándose todavía quien será la persona que será designada para este cargo. En el momento. de escribir esta crónica, el arte ha tenido una perdida lamentabilísima; la insigne actriz cómica Irene Alba ha sucumbido en Barcelona, a. cosecuencia de una rápida enfermedad, y por. desgracia las noticias recibidas del. ilus"tre actor FernandO Díaz de Mendoza, desde Vi_go, d0nde actuaba Con su Compañía, son alarmantes, por haber sufrido un ataque de hemiplejia, que pone en peligro su vida. Por diesdicha no estamos tan sobrados de artistas, y estas rlolorosas nuevas no pueden por menos de atraer la general atención. El veterano Gral. Weyler ha sufrido una recaída en la enfermedad que venía padeciendo; su organismo agotado 'por Ja avanzada edad y la enfermedad hacen abrigar pocas esperanzas de mejoría y los pronósticos son pegimistas en alto grado. La ansiada lluvia por fin hizo su aparición entre nosotros~ con regocijo de cortesanos y pueblerinos , y no digamos del elemento labrador, si no se ha limitado a Madrid el fenómeno aC'uatico. Eso sí, lo cogió el cielo a. gusto, pues du1·ante nueve horas no Cesó de caer un formidable aguacero que es de suponer nos traiga de una vez el frío, pues en verdad r~sulta poc.o grato estar finalizando octubre y sentir las mismas temperaturas que en verano, cosa desconocida en el he¡rmoso otoño matritense. Como habrán Vds. visto, Ramón Franco, el Comandante aviador héroe del vuelo del c:Plus Ultra», ha sido reducido a prisión por supuestas concomitancias con determinados elementos, aun cuando 12s notas oficiosas nos digan que ha sido «p .. .ir una falta militar»; sea civil o mi1itar, el hecho real y positivo es que en los actuales momentos se encuentra en prisiones militares en espe;ra de lo que resulte del expediente que se le ·haya formado. También el Gobierno comienza a dar señales de vida e.n la cuestión de los franeos, (estos son otros francos), y ha comenzado _por destituir y someter también a expediente al Subgobernador del Banco de España; con ello acá.so den principio las medidas de rigor, .Y veremos. si merced a ellas sa mantiene y persiste la: subida de la peseta que ya se tía inieiado. ¿Ven Vds. cómo cua.ndo se qµiere no se escapan las anguilas como en ocasión no muy tejana, dijo el General Berenguer a propósito de estos asuntos monetarios? Lo que pasa, es gue· ciertas clasBS de pescados hay que cazarlos como hacía el baturro del cuento, con un garrote, mejor que con redes y <"3ñas. En medio de la mayor desanimación se celebró este año la llamada Fiesta de la Raza, puep no hubo el tradicional desfile cabe la estatua de D. Cristobal; del elemento infantil de las escuelas de Madrid, este a.ño desfilaron aisladamente y poco menos que con sordina, lo que no evitó la exhibición de alguna qtie otra arcaica chistera en las municipales cabezas de nuestros ediles, que no tuvieron lugar de soltar los.· consabidos tópicos de que su elocuencia es pródiga. En día tal, que parecia lógico que páÍJá. Cervantes tuviera también su correspondi~nte desfilito, nada ocurrió por el lugar en' que se h_alla instalado su monumento, del que acompaño una reproducción para caso de que no lo conozcan; el insigne D. Miguel merecia cosa mejor, sobre todo tras Jos años que nos hemos pasado repitiendo que había que hacer algo en r~laci~n con el estatuable; pero nos hemos lucido poco, y ese D. Quijote en compañía de Sancho, colocado a unos cuantos metros del monumento principal, no es muy artístico que digamos. Teatros, cines, orquestas y sociedades musicales en plena campaña y en franca competencia, y esto es lo que ha dado de sigo la de<!ena que hoy termina, haciendo lo propio este cronista con su a1·tículoi y saludandoos devotamente. Octubre 20, 1930. ANGEL OVEJAS .Fot6grafo Comercial 1832-C lnt. Azcarraga Sta. Cruz, Manila Tel. 2-51-39
DEL <HALLOWEEN PARTY» DADO EN SU CASA SOCIAL, POR EL CLUB ALEMAN, DE E8TA CAPITAL, A LA QUE ASISTIO UNA SELECTA CONCURRENCIA REINANDO EN LA FIESTA LA MAYOR ANIMACION. ( F;;tografia suJ)erior)-Distinguidas damas y ca.lwllenui de fo colonia. et/emana en la cantinct dd Club u la Jtr;1·a d:- los 1·efresco~. (Fotografía inj'erior)-Gr·upo de bellas seiforitas y distinguidos caballeros q11e asistieron a la 1mimada fiestn. F'o1os - EXCET.SIOR- (Oweju)
DE LA VELADA DE GRADUACION DE LA ACADEMIA DE CORTE DE LJ>. SRA. CARIDAD M. DE LOBREGAT, CELEBRADA CON SINGULAR BRILLANTEZ EN LOS SALONES DEL CLUB FILIPINO (Fotografía suve1·ior)-Grupo de las gractU<~das de la Academia de Coi·te, momentos después de la revartición de diplomas.-(Fotografía del centro)-Gruvo gene1·al de las se11oritas que tomm·on pa1·te en la velada. (Fotdgrafia inferior.)-Los diferentes trajes de novia de distintos pa,iRes enropeos, confeccionados por la graduadas, dm·ante la m·tística velada. Fo1e1-F.XCELSIOR (O•·~j••)
Impresiones d~n Viaje Rapido .. ;..,!' A bordo del c:Leviathan». julio de 1930. (Para EXCELSIOR) CRUZANDO LA NORMANDIA. París, Francia, Julio de 1930. El viaje por tren de Cherburgo hasta Parísuna distancia de 250 millas,-se hace en cinco horas y media . Cherburgo es una ciudad relativamente pequeña y Jo que la hace famosa, activa y come'feial es el movimiento de trenes que diariamente llegan de París y otros puntos de Ftancia atestados de viajeros que en el puei:to toman los grandes tl'ansatlánticos. Con excepción de la lbea francesa de vapores, que tiene su puerto' de arribo en el Havre, todos los demás qu<? hacen la travesía del Atlántico embarcan y desembarcan sus pasajeros en Cherburgo. Por eso es famosa y hasta simpática, si ~e quiere. Como los l'ieles de los trenes están colocados en las calles principalEs de la ciudad, no hay necesidad de recorrerla, y con asomarse a las ventanillas del tren hasta para conocerla toda. Abundhn por aquí los mercaderes que ofrecen sus chucherías a los viaj.eros, ton la particularidad de que los precios bajan a medida qua se acerra la hora de partida del tren . No les 'importa a estos comerciantes recibir el precio de sus mercancías en dólares americanos; es más, lo piden en esa moneda y parecen no acordarse de los francos. Con mucha insist')n<:ia ofrecen a Jos yanquis whisky y otros licores fuert.es, en dólares, a precios subidos, si tenemos en cuenta que esas bebidas se ronsiguen muy baratas en París y otras poblacion?s del interior. • Al salir de Cherburgo el tren podemos admirar "ntonces el panorama de la cttmpiña frante· sa . Estamos e1n Ja región de Normandía, una de las más bonitas de Francia. A ambos lados del tren numerosas huertas, llenas de árboles frutales, producen en el viajero un sentimiento de sincera admiración por el genio artístico que despliega esta gente, aún los agricultores, hasta en la forma de plantar los tomates y las babichuelas y los repollos. No hay una pulgada de terreno que no esté cultivada ; todo lo que puede abarcar la vista, desde. la orilla de los rieles del tren hasta las colinas y montículos, est:í sembrado de legumbres y otras plantas comestible,s. No se necesita ser un sabio para adiAqui Mnemo.<J a Che1·burgo con sus casas blancas y sus ca-Ues litnpia.s, vistas desde una lancha de vayo1'. vinar que aquí hace falta más terre,no y que Frantia, <lespués de todo, y con Francia Europa entera, es pequeila en extensión territorial comparada con el Continente Americano. Allá, al otro lado del Atlánt~co, en los Estados Unidos, pongo por caso, hay vastísimas extensiones· de terreno virgen que sólo esperan el trabajo del hombre industrioso para desenvolverse y producir. Aquí, en Francia, no queda ya ni una pulgada de t.erreno que pueda ser cultivada. Hasta entre Jos rieles del tren que nos lleva a Parfs el terreno está sembrado. Los trigales deslumbran por su color de oro y por entre las ._ _________________ • espigas surgen, graciosas y ágiles, las amapolas pequtmas que han hecho de esta región normanda una de las más famosas en todo el país. No me interesa ni me preocupo de lo que pasa dentro del tren . Este es. de tamaño menor . que los que funcionan en los E$~os Unidos, pero Otra. vista. de Cherburgo. corre lo mismo que los otros y tiene un buen servicio de restaurante-. Se diferen<:ia de los norteamericanos en el hecho de que el pasillo no está en medio de los asientos, sino a un lado, pudiéndose cerrrar los compartimientos a gusto del pasajero. Dejemos que mis compañeros norteamericanos de viaje hagan todo el ruido que quieran en el tren ; tal V.e2 piensan que el mundo le.s pertenece y por eso están autorizados a chillar y alborotar en inglés . Yo quiero admirar a Francia desde la ventanilla de mi tl·en. Nunca había estado en este país y quiero aprovechar mi permanencia aquí para conocer algo de las muchas cosas buenas, grandes y maravillosa· s, que encierra el pafs galo. Mi ansiedad por ver todo y prestar atención a lo que me dicen en francés es casi pueril . ·Me produce-extrañeza oir un lenguaje diferente al inglés y al español, y aunque los franceses hablan con una rapidez increible, algo se me pega al oido y si no comprendo todo lo que dicen tengo por lo ~énos Una· idea aproximada de lo que quieren decir. Al cabo dé dós horas de mlircha. se llega 8. una población francesa de considerable extensión : Caen. Allá, a fo lejos, las torres de su ".enerable catedral parecen ~ar la bienvenida al cansndo viaj.ero . Se ve una multitud de casas blancas, todas de una misma altura, sobre las cuales sobi·esa.len únicamente la catedral y. otras iglesias. Hay aquí · simetría en las casas y no ocurre lo que en los Estados Unidos, que cada 'casa tiene una altura diferente de las dem~s. El tren sólo se detiene unos cuantos ·minutos · para dejar la correspondencia y sacar la que está esperando en el andén de la eSta<:ión . La siguiente estación es Lisieux, linda población, situada a 120 mi11as de París. Eis la última estación en que se detiene el tren antes de llegar a la capital de Francia . Cuando salimos de la estación, volvemos a ·contemplar de nuevo la campiña francesa, llena de casitas campestres y de huel'tos olorosos a frutas. Mientras nuestra imaginación y nuestros ojos se recrean en el hel'moso panorama que estamos vi.endo, se nos &próxima un empleado .. del tren y en correcto inglés nos dice que dentro 'de media hora llegaremos a París . En efecto, . al ~ab9 de pocos minutos se distingue en lontananza la aguja de la famosa tone Eiffel. Ya no dudo más: estamos 11egando a París. MANUEL B. MONTES. "~ NARCIS§E BLEU.~e JrturJ'~~1fil~ l..C>CIC>NES CC>LC>NIAS - PVL'#C)S ANTONIO VIVES P. O. 80X '''.)
/pan LefJedeff, acto1· niso de la Rodio, q11e a su p<UM po1· Nue1m Yo1·k, t11vo la galante'ria de autografiar para Excelsim· C'Sfa fotografío .. b:a sido predicha de acuerdo con los datos matemáticos del profesor Dowell, ampliamente confirmados a raiz del perfeccionamiento de 1os colosa1es te1escopios ultra-modernos. -Desde muy p€'queña me interesó 1a Astronomía,-dice Irene Dunne-mi padre era un estudiante incansable de las ciencias y un matemático de conocimientos extraordinarios. Disponía de un observatorio particular en Louisville, no de gran pode.r amplificativo pero lo suficiente para sus observaciones. A menudo, por las noches, entraba yo E-11 su observatorio y con arrobamiento me daba cuenta de la perseveranC:a con que mi padre vigilaba el infinito y los misterios del espacio, contagiándome asi por completo. Ya en Hollywood y después de darme a conote; y de establecerme ~n los Estudios de la Radio no descansé hasta visitar el gigantesco Observatorio de Mount Wilson. ¡Qué cúmulo de maravilJas ! Las revelaciones del telescopio me dejaron pasmada, aniquilada. Si lle.go a poseer, como espero, un observatorio propio, pa'saré ratos deliciosos pegada al lente observando las miriadas de cuerpos celestes que adornan el firmamento como tributo imperecedero al Creador.-¡ Y Jo asombroso del caso es que Irene Dunne nació y se crió en Louisville, Kentucky, donde todo cuanto se relaciona con caballos de carrera ocupa el primer lugar en la mente, conversaciones e intereses de los nativos! Desde muy tierna edad redbió Irene Dunne el impulso educativo que demandaban sus inclinaciones artísticas. A sus dotes musicales y buena voz debe su contrato con la Radio Pictures, cuyos directores la han escogido especialmente para la obra "Babes in Toyland" del famoso compositor Víctor Herbert, que están preparando para la pantalla. Mientras tanto, Irene Dunne hizo su debut en el cine en la comedia de tema militar "Leathernecking" que acaba de producir la Ra· dio, pasando a continuación a interpretar el diícil papel de c:Sabra», esposa de «Yancey Cravat», en el rodaje de la gran cinta c:CIMARRON», obra de la conocida escritora Edna Ferber, que está llevando la Radio a todo costo a la pantalla sonora. MIGUELIDA.
La venerartda im.agen de In Inmaculada Concepción de fo 1 1'ledalla Milngrosa, en d altar muycw de l.a Iglesia de los PP. Paules, pr~fusamentc adornado con motit10 de la mniena que te1·mina este dirr con. la sofrrnne y mognífica ¡n-ocesión que nn11almente se cel<'brtL Fn•o~-rxctl.SJOR to•·ti•d
LO IMPREVISTO (CUASI DRAMA) Es Juanito Gonzalez un buen muchacho, muy gracioso, muy listo, muy vivaracho, que estudia primer año de Anatomia y que esta en relaciones con Rosalia . .. Rosalia es la chica det un empleado, que hace, ya, mucho tiempo, se ha jubilado y disfruta su paga tranquilamente huyendo de cal9res y del relente. . . . ~ Rosalia y Juanito se ~namoraron en casa de una amiga, donde bailaron. La señora de Lapa, muy conocida, por ser una señora muy divertida. El padre de la novia, don Aquilino, iba a jugar al tute con su vecino, después de haber cenado con su hija sola, en gran plato sopero, dca tinola. El vecino era un viejo, llamado Antonio, muy malo, ¡pero mucho! ¡ Más que el Demonio! tan tramposo en el tute, según se, cuenta que siempre se quedaba con las cuarenta. Don Aquilino echaba dos mil venablos, dándose, a c~a acuse, ~ los diablos ... Y mientras el buen hombre, asi rabiaba, no sabía en su casa, lo que pasaba. Aquilino, una noche, notó furioso que en el tute su amigo era. un tramposo por lo que sorprendido tomó el portante y se marchó a su casa, calle adelante. Al llegar, vi6se el hombre, con que la puerta, que se dejo cerrada, la hallaba abierta y dando mil traspieses y tropezones, a tientas fué subiendo los escalones. Llega arriba, bramando, fosco y mohino, abrigando temores don Aquilino de que ocurre algo grave, de que algo pasa de escaleras arriba, dentro de casa. De pronto lanza un grito, ronco, terrible, espantoso, tremendo, indefinible, El corazón más fuerte late y se espanta ante el grito salido de su garganta. Lo que vieron sus ojos, ¡Quién lo diría! al lado de la alcoba de Rosalia, ... ¡ fué su sombrero nuevo trocado en nido, de su gata morisca que había parido! . JULIO MENA.
LOS OJOS Del cuerpo en la compleja maquinaria de que Natura pi;óvida nos dota, cada órgano es pre.ciosa nota, y cada nota, nunca secundaria. Podrá del iris en la gama varia resaltar un cOlor, mas ¿dónde brota? una cálida estrofa ¿qué denota? sólo una cualidad complementaria. Todo es útil, es cierto, astro y gusano; pero todo no es bello. Ley suprema. Así, los ojos en el cuerpo humano son los arpegios de armonioso tema, son el matiz, del iris, soberano, son la férvida estrofa del poema. EL PRIMER BESO Me dices que mis labios te han quemado ... ¿No sabes, niña, que el amor es fuego? Vacilaste en mis brazos, y yo, ciego, el clavel de tu boca he mancillado. Ningún ia~tro en tus labios ha quedado: es inútil tu cándido restriego¡ no obstante, si en mi beso piensas luego, ardiendo seguirá en tu rostro amado. Es roja luz que iluminó tu alma; es la.ere vivo con que amante sella m'i sér al tuyo, que por fin me quiso. Beso divino que, al robar tu calma, nos abrasa a los dos, te hace más bella y convierte la tierra en paraíso. SANTIAGO ARELLANO ITURRIA.
REVISTA DECENAL ILUSTRADA ADMINJSTRACION Sta. Potenciana 32 Registrada en la Admiriistración de Correos como correspondencia de segunda clase. A. GARCIA n:HCF.RA El'OCA NUMERO 883 __ 1 _ _ _ ~-ANILA-30 NOVIEMBRE, 1930 AJ'IO XXVII La ~ociedad de Manila se halla envuelta en un torbe'Hino de fiestas, cuya sola enumeración sería interminable. El c:Día de Acción de Gradas», fiesta impla~­ tada en Filipinas desde el advenimiento de la soberanía americana, ha sido celebrada con entusiasmo, por el elemento am-ericano en particular. Día de fiesta oficial, vacaron desde luego las oficinas del Gobierno. El Club Alemán de Manila ha dado en los sade Corte de la Sra. C. M. de Lobregat celebró una velada artística de graduación. En el mundo del Arte, anotamos el brillante concierto dado en el salón de actos del Colegio de San Beda por la Profesora Srta. Elisa Maffei . Esta notable cantante hizo un derroche de facultades y de arte, interpretando con maestría, re- · veladora de la excelene escuela que postel, todas las escogidas piezas de canto, siendo su labor muy justamente premiada. Y la sodedad de Manila se está preparando activamente para recibir dignamente a la oficicialidad y guardias marinas del buque.escuela de guerra español c:Juan Sebastián de Elcano» De In Philippine Cobcml;ian. LCI mesa del Presidente del Slnado, Sr. Osme1 ia, dui·ante la merienda t'oto-SUN s-ruu10. Iones de su casa social un animado y concurrido c:Halloween Pal'ty», que duró hasta hora avanzada de la noche. La fiesta celebrada por el « Philippine Columbian •; el día 27, por su «lntcrnational Day», que ~omenzó por la tarde con un programa de diversos juegos deport.ivos en los que tomaron parte elementos cosmopolitas de nuestra sociedad, continuando con una suculenta merienda y terminando con un animado baile en sus salones. EJ c:Bachelors Club» ha dado también un baile en et Club Filipino, al que asistió una nutrida r.oncurrencia de socios y ex socios de dicha simpática sociedad. En los salones del mismo Club, Ja Academia que en Ja primsra decena del mes entrante arribará a nuestro puerto. La nota política del momento Ja constit.uve Ja formación y constitución en Maniia del Nuevo Katipunan que, como era de esperar, ha dado lugar a críticns y comEnttrios apasio'ndos, viendo muchos en sus propósitos un fin purament~ partidista. En este punto detenemos ni.iestra pluma, porque llegamos a un terreno vedado para nosotros. En el momento en que cerramos este Mosaico va a dar comienzo en el teatro «Opera House» Ja gran función de gala por Jas fiestas de Ja Milagrosa, poniéndose en eseeina la obra c:Reina y Madre», de Ja que nos ocuparemos en el próximo número.
NOTAS DE ILOILO Es11lbulido btrttqurte c01\ que /ut~cai af)t.Js~;crdos foR Srrs. Eugenio Sevilta V Srn .. y Vfr"'1tfr Albo 1J Snr .. , cU la. /.;11ric Film E:iklta"IJf! dt1 Mattilti., 1>01· el Sr. Trod~1-o S. Bcn•ditto de lloilo. De iz; uic,·:'<1 n deYtcla.: D. Carlos. B. Hilo.do, D. Ramón Arn.!ildo, Dcr,. Me1·cedu dt in. Rama. d~ Bornnttf'o, D. J•1~i Lop#% Vito, Da. Soco1To cU Padilla, D. Emiliano Lizarea 0 Da.. D. B. de M<mtixola, D. Eugn1.i.o St"~ villa. d Jutz D. Can:rado Ba.n'iot, Src. de Set:ills, D. T t<xÍ<Jro B n f'dicto, Sra, d e A/110, D. Rup<>rfo :!~::•v;:;. 5,hªAt::X:,''íf. ~:~i!· 8iu~~~:t~~:. 1J~~·c~:~~1:~i¡~~c.e:Je D¡j,~:J;:~o:;i·~:ª~ªA!~11 rv ~!.muu•z.
En mitad de la est"alera, sale a ricibirme el 11peligro amarillo," en forma de un chow.dog, o perro chino, que me mira con unos ojos recelo. sos, me olfatea a su gusto, para soltar después un gruñido feo, que me conmueve las piernas . . . -¡Eh ... ! -Pase usted. No muerde-me anima a subir una niña, desde lo alto.-Psst .. . Pego, quieto . Pego, ¡mira que te pego! -Bueno, a mí no me la pega--digo para mi americana, haciendo de trjpas corazón. El caso es que no me muevo de mi sitio. Porque el pegajoso Pego se pega con demasiado Me dan unas ganas de interceder por él! El pobre Pego, después de todo, tampoco hizo otra cosa más que cumplir con su deber. Pero me acuerdo del clásico proverbio: u¡a caridad bien entendida . . . " Y aun me quedo con un motivo más de acción de graeias al Creador qtie iluminó la mmte del inventor del bozal canino. Todas est&s reflexiones me las hago, mientra! espero la aparición del objeto de mi visita, la Srta. Maria Iglesias, a quien su mamá acaba de pasar aviso. La habitación ~n que me encuentro es una antigua casa de Intramuros. De las vetustas paSrtas. María, Patrocinio y M0tttserrat Iglesias. apego a mis piernas. Por fin, baja la niña a cortar tanta familiaridad embarazosa, interponiéndose entre el can y ~n servidor, que sólo va a cumplir i·eligiosamente con su deber, en pleno Día de Acción de Gracias. Sospecho que el terrible Pego quiere darse un festín de ucama·rón cocido", a cambio de un pavo asado, a cuenta de la festividad del día. Afortunadamente, los habitantes de la casa, empezando por Ja. madre, doña Evarista de Ja Rama, hacen todo lo posible por hacerme olvidar las intenciones poco cristianas de su perro, cu· - dándose muy bien de montar, como primera pro· videncia, un bozal de aspesto inquisitorial, so. bre su hocico de osa .. . redes cuelgan cuadros de paisajes luminosos, que re,presentan verdes boscajes cielos azules y lagos trasparentes. ¡Cuadros de inspiración ideal y ejecución m8.ravillosa, que se dirían ventanales claros y rientetJ, por los que el alma encerrada en el marco adusto de Ja eiud:a<:l pud"iese asomarse al campo a todas horas, y comulgar constante.mente con los eSplendores de nuestra pródiga naturaleza tro· pical! Del dintel de una puerta que se abre a una habitación inte;rior cuelga. una jaula verde, donde tres palomas torcaces, de las llamadas bltedU¡g heart (o "corazón sangrante,'' por la .:mancha roja que adorna Jos plumones de su pecho~, se arrullan y consuelan mutuamente de su libertad perdida, o acaso se cambien confidencias y se cuenten cuitas de amores idos ... En un ;florero sobre la mesa, al calor del la siesta filipina, cabecean en sus tallos tres o c•tro mirasoles. Si no viene a tiempo la Srta. Iglesias, temo convertirme en otro mirasol ... Por fin, con pasos lentos y quedos, aparece ante mí la joven pintora, sobre quien el decano de Bellas Art.es D. Fabián de. la Rosa ha . izado el palo bandera dé sus legítimas esperanzas, portando en lo alto la dulve eucaristía de sus pupilas melancólicos. Viste un sencillo traje blanco de casa, sin más adornos que unas motitas amarillas¡ sobre un cuerpo aspirituado, sin relieves casi. Su cabellera peinada lisa y llanamente hacia atrás no tiene un solo rizo. Todo es en ella. natural. La química, la electricidad, el artificio, en fin: le cuajan a ella como dos pistolas a un Cristo. Viéndola sentarse reposada y humildemente delante de mí, con las manos cruzadas Y una sonrisa escurridiza, nadie atribuiría a la magia artística de sus manos exangües la maravilla de luz y de colores que irradian los paisajes que nos rodean y que parecen reflejar el resplandor interno que palpita dentro de su exterior apagado ... -¿Es usted realmente la que ha pintado todos ·esos cuadros'! · -Sí, señ.or. -¿Cuál es su predilección: el paisaje o la figura! -Me: gustan ambos. Lo primero me proporciona las escapadas al aire libro, me abre las puertas de la. naturaleza, Y lo segundo satisface mi afán de estudio de la psicología humana, porque al retratar una figura en el lienzo, no basta coger el parecido, hay que saber darle expresión, hay que sacarle el alma fuera ... -Entonces, ¿pinta usté también d~nudos! -Indudablemente. Es impreseindjble en el e81'udio del arte. -Para usted no es, pues, importa el de.snudo. -Dyde el punto de vista artistico, no. -Luego, hay arte en el desnudo. ¿Qué me dice usted, pues, del proyecto de ordenanza Herrera, que prohi~ el semi-desnudo femenino en las tablas y en la playa? -Que es una simpleza. Supóngase q~ ya se ha desterrado lo que hoy se conoce por el traje de baño, ¿qué resultará? La vuelta al viejo tapi-tapi y los calzones cortos, que una va mojados son mucho más indecentes que lo otro ... -¿Y en el vaude't'Üle? - Yo he presenciado varios programas de. él, y francamente, quizás por· la costumbre de ver la misma cosa, no me ha producido ningún efecto desagradable. -Bueno, hija-interrumpe la madre desde la otra mesa, en que se halla bordando apaciblemente-a ti quizás no te produzca el =ude'llille e;feeto desmoralizador alguno; pero me parece que para los menores de edad es un espectáculo bastante fuerte ... -Pues que se prohiba la entrada de los menores en el teatro, como se prohibe, al parecer, en los ca.baTets. ¿No le parece, señora? Doña Evarista se da aparentemente por convencida, porque deshaciéndose del hilo de nuestra conversación, vuelve al hilo de su labor propia. Porque esta mujer de cabellos plateados es también una artista de la aguja.. La aguja, en sus manos, desde hace un «iuinto &t siglo que enviudó, se ha convertido en la varita mágica, que con ser tan diminuta, ha venido sosteniendo a la familia., así como la educación de las hijas. María me muestra tocada de legítimo oi"gullo, unos cakl.dos bor(l.ados a máquina por su madre, que son verdadera filil'ranas de arte y de gusto exquisitos. -¡ Bésoos las manos divinas, señora l La hija me cuenta que apenas cursó el segundo año de High. se.hool en el colegio de Sta. Isabel, tuvo que dejar los estudios, para ayudar a su mamá en el 1Jaller de bordados y confección de trajes de mestiza, que ésta puso en la avenida Rizal, con el nombre de cEvarista de la Rama and Co.> i:lla y sus dos hermanas menores Patrocinio y Monserrat. Luego, gracias a la acogida que tuvo la madJ'P. como modista, María pudo dar rienda suelta a sus aficiones de niña," terminando en cinco año:-, ganando cinco medallas, un curso de pintura en la Escuela de Bellas Artes. Monserrat marc·hó a Milán par"a estudiar el canto y volvió convertida en profesora del Conservatorio. De ella se hizo lenguas Miguel Fleta, cuando vino, como artista y como mujer. Patro por su parte, es profesora de piano. Tres hermanas, profesoras, modelos de hijas, que se dirían las "Tres Gracias", por sus virtudes estéticas y moral<¡s. Estoy, pues, entra una familia de verdaderas artistas todas ellas, cada una distinguiéndose en su género. María termina confiándom·e sus planes para el iuturo: está preparando actualmente una exposición particular de cuadros, esperando completar su número muy pronto, para ezhibirlos en el Casino Español; y la próxima beca filipina en la Escuela de Bellas Artes de Madrid, se la han prometido a alla ... -¡ Qué lástima que no fuera hoy mismo! Con las ganas que tengo de viajar! La artista calla y se cieran sus pupilas tristes de sol. . . JUANITO.
Sim1>ático grn¡1" de /o,<: conc10-renft>s a fn <111imadisit11c1 fi<stn que con motivo ele sus bodas de plot.o 1·l'lelnanm e11 s11 1 ·e.cridencia., los S1·es. de Beech (D. Frnm·i.<tf'o) que cpor<cen en el cent1·0 ele Ju fotogra.fio. El Sr. Lopez /_,una., la S1·ta. Eli8n Mn/_fei y el Sr. Julio Esteban, en el 1·ecital con que debutó la SHo. Mo.f.fei, t-n el Salón de Actos d<'I Colegfo de San Reda, obteniendo un resonante éxito. foto•-F:XCF:l.SIOR (Ou•Ju)
Al finalizar el primer acto de la herrnorn ~o­ !'1~dia de Benavente, ~La Ciudad AJegre y Confiada), Montel"O dió un codazo a su amigo Pepe Ilinojo:;;a, -Mira: fíjate en aqt!el palco, d tel"cNo de Jos p1•jncipales; ¿has visto que rubiales! ¡de bu· tlen ! Jam~s he visto un& mujer tan hermosa. -Sí, lo c&-rospondióle su amigo enfilando lo• gemelos al lugar indicado ;-una nibi,p, tnagnific-a. ¡Y qué ojaz:o!I.! -Azules ... - Y estupendísimos. -Qué contraste forma con su compañera, ei;;a rnm·en:'.).za, ¿eh? -Tampoco es fea. Mejor dicho, me parece hermodsima. Pero ¿qué me dices Jel contraste que forman las dos, con )a mamá, o lo que sea, la s1rntada detrái; de ellas? ?.fo:1tero rió la gracia de su amigo. La supuesta mamá, e. a una señoTa anciana, de buen ~xmblante; pt'ro flaca, arruga.dita. con la boea ·sumida por la falta absoluta de dientes, achlcada por los repliegues, huellas del paso de loa años; oon Ja cabe•a gris-má> plata que ébano •n ella-, las carnes flácidas, las manos rugosas ... -Eso Pª"ª ya de contraste. ¿Y es posible que de tat a.guilueho, hayan salido esas diosas de la hermosura ?--exclamó Montero, itónico, bru· tal. <fl,,re/ amo. Empei.aba el segundo acto. Y ()<:Upada su aten· ción por el momento en los personaj~s de la obl'a, no volvjeron los jó\•enes a acordarse de las bellas muchachas, ni de la mamá, hasta que terminado el acto, se encendieron de nuevo las luCC!5 de la sala. Otra vez; dirigiel"'on a ellas sus miradas. in· si:stentes. Miradas que fueron al fin correapon· djdas por las do.a. divinas, que <:on ~">a intuición innata en la mujer, se dieron prontO cuenta de la admiración qu() en los dos jóvenes habían despertado. En voz baja, procurando no !lamal" la atención de la respetable. señora que las acompañaba., la que no obstante ser toda ojos y oídos no se aper· cibió de nada. cambiaron .a.u& impresiones . -Vaya una curiosidad!-dijo de pronto la rubia. -Es por ti-susurró la morena. -No, no: por tL -Y es guapo el más joven ... qué bigotillo mb salao, y qué ojos, y qué nariz 1 Fíja.te bien: es de perfil ~dego. -Si, no es mal tipQ, - Mira, ahora dirige. los gemelos aquí. -Y con qu.é desearo? ~Qué está.is mirando?-preguntó intrigada al fí11 la anciana . La morena dió un codazo a su compañera. -Pues miramos a t~ de Sli.nchez ¡ allí, t'D aquel palco. ¡Qué cursis ! Y se cr-een estar irresistibles. Se apegaron de nuevo las 1uces, quedando sólo Ja escena iluminada a tiempo de subir el telón, para dar principio al terc4!!r Meto. Pero aun uf, hubo ~.anjeo de miradas entre los cuatro jóvenes, que más que verse se adivinaban en la iJEtmiobscuridad que en Ja sala reinaba. D~sde el principio d~I '1.ltimo a1cto 1 no prestaron lu muchachas atención ninguna a la · r•prts.entación, así es que sorprendida& al finRl por la muerte de Lauro. que no supieron explitarse, dijeron : - No he comprendido esa obra-la un&. - E.! bien rara-la otra. Y !ueTon inauditos los esfuen:oa d& la señora, po.ra que llegaran a comprf\nder c6mo había muerto Lauro, y el por qué de morir. -:..Parece mentira--dttfa. al final de su discurso-no sé para qué venb1 al teatro .. , Yo, a vuestra edad1 lo comprendía todo¡ a m~ no l!O me hubiera escapado una palabra de esta comedia, tan profunda, y hubiera adivinado a quienes iban encaminadas las frases intendonales que en ella hay y loa tipos que caracteri:z.a. En mis ti"11tPos, pasaba al revés que ahora: se comp~ndian las palabra~. cuanto má.$ pro!undaa mejor, y en cambio, dejaban de entenderse las picarescas. Hoy ES todo lo contrario: pasáis por alto una hermosa frase, cuyo sentido es más hermo.90 toda vfa y reís lo& chistes, cuanto m4s subiditos de color, m:ia. Y terminó su arenga mientraei recorta d-e una silla el bolso y el abanico y las hermO$as se ponían sus abri¡os, o 1aJidas de teatro,. aleo atur ... dklaa por loa apla usos finales Que aón re.son•· ban en la sala. · ro:rt.r<> varqnil p0r mirar . Y ya . -· un cesto de desilua!óo. se dibujaba en los la.bias ~ la rubia, y otro de clade-ñoso despr~io plegaba los de la morena, cuodo- vió esta última el negro bieote de &u ad.mirador, junto al rostro lampiño de su compañero. Un segundo codazo apercibió a ta desi!usio· nada, cuyo rostro, al ver a los jóven.e~, .se Humtnó con una 1onrisa, que dejó al descubierto unos dientes que eran su mayor encanto por !o blancos, pequeños y unidos entre .si. La señora, las segofa sin poder casi alcanzarlas, murmurando: - Péro, hija.s, no corrá is tanto! Tened en cuenta que es incompatible la ligereu. con las c.anu. Pero ellaa, como si no oyeran sus palabr:is, aeeleraron la marcha, pasando airosas cogidas del brazo frente • 101 supuestos pretendientes, en· volvi~ndoles ea unas mlra<!a.s, que querían decir: - Somos libres, caballerete:iii. Y así, ya que os gustamos, a ~eaulrnos pa ra saber nuestro domicilio, y que nos sea común, dentro de seis meses .a Jo sumo .. , ! Eso debieTon de comprender oobre poco mb o menos los dos jóvenes, pues echaren a andar tras ellas a una dísto.neia lo suficientemente comédída pa.ra no llamar la atención y no perder sd pjsta al mismn tiempo. Y crui.aron una calle, y otra, y otra más, hasta. qua al fin h.s vieron detener.se frente al portal de una casa. de la en.lle de Serrano. Se detuvieron los amigos en la esquina próxima. Y desde alli vieron cómo como acudia el sereno a abrirles la puerta. A continuación pe1·cibíeron los chasquidos de unos b@sos y se cerró de nuevo aquéll~ dejando en la calle al sereno que volvió sobre sus pasos a desandar lo andado 'perdjéndose en la qbscuridad, y a una de las muchachas y Ja anciana, que echaron de nuevo a andar calle arriba . -Bueno-exclamó el barbilampiño.-Ya sé ahora dónde vive la que desde hoy llamaré diosa de mis sueños. Ahora te dejo en libertad de ave-ríguar en dónde tiene la morada la tuya; bue .. nas r:i..oches. -Aquí no va a haber más morada que tu nariz, después que te propine el papirotazo que merece9--Contestó el amigo asiéndole de la amerjcnna, a tiempo que el compañero le vo.lvia las espaJdas.-¡Te parece bien dejarle a uno solo, cuando ya no te hace falta'! De manera que te he servido de ricn·o~ dipmo15, p~1rra .:¡uel 'te me vengas ahora con que te alegras de verme bueno? ¡Egoísta! -Pero, hombre, C1)nsjdera que, . , -Yo no considero nada; lo dicho: erea un flgi>Í&ta _ Y ahora. echa a andar para arriba, y ¡ay! de ti si pierdo 1a pista. - En e11a andas siemp~. -Andrés, Andres; <:Uidado con los chistecitos de doble senaido! Anda pa alante. que d;jjo aquél. -·No es necezario que corramos mucho ... ahi las tjenes aúh. En efecto, al final de Ja calle distinei,iieron e] garboso talle de ta jóven, junto al cuerpo inclinado y oscilante de la mamá. ....:... Y a todo esto: ¿cuál de ]as dos Y quedó en la o-t.ra calle? O mejor dicho, ¡cuál de las dos te has apropia.do y quién de elJas me reservas ?-in· terrogó de pronto el poseedor de] bigotilJo que habla despertado el interés de una de h•s muchachas.-Porque, esta es la hora en que no ~é de la:iii dos a cué.l persigo . . · -Sigues a la rubia. -Menos mal-dijo Montero apretando e1 paso, :a.l verlas doblar otra esquina.-Te Ja cargabas si no. -De rnodo que te gusta más la de aúrea c-abellera? -Por supuesto. La& rubias $0n mi debilidad. -¡Ay! ... pues yo necesito ~e las morenas para. reeonfortarrne. ~De lo cual &e d .. uce que los dos cabemos en el mundo, pues si nos llegan a gustar a los dos las de cabellera de querube, como diría un poeta glaúco, o las de cabellera endrinada, como diría otro. . . Figilrate !. -Endri ..• ! ¿Qué has dicho? -Endrinada; de enddna hombre, comparativo usual en poesía. Y que viene como de perillas para cantar el hechizo de la mujer que empieza ya a sorberte el seso ... Hinojosa, no le escuchaba, pe:nsando en la que desde entonces consideraba, cual nuevo caballero de la triste figura, como su Dulcinea. -¡Qué cabello más he-rtnoso tiene !-dijo r@pasando in m.ente los encantos de la joven qu·e desde el primer momento de verla le había. en· tusiasmado.~Y qué rizos los suyos! ... -Pues mira que el pelo d-e ésta otra! ¡;Qué ondulado!--opuso M'ontero.-Pues ¿y los dientes? Has visto nunca una denta.dura Uln perfecta! -¡Quita allá!, Ja tiene mejor la mía-dijo su amigo con jnfasis, empleando el posesivo con gran orgullo. -¡Vamos, hombre! Cómo se conoc~ que mirando a la que tanto te gusta1 no te fijaste en los encantos de ésta otra.. . . Decil- que tiene mejor dentadura. la tuya! ... -Pero mira que es empeño eJ tuyo el de meténnela por las narices--, atajó Hinojosa apretando de nuevo el paso.-Considera que si al fin llega.se & ser de tu parecer, habría lucha. -Es verdad; tienes razón. Que.démonos como •tamos, esto es, creyendo que es la mejot" la que cada uno de nosotros ha elegido. ¡Ay, del mundo cuando tengamos todos el mismo .gusto y he.ya sólo un parecer!.-dijo filosóficamente Montero, m•rchando ya a paso. de ataque con el fin de acort.&.r la distancia. que [es separaba d~ las dos mujeres. De pronto, pararon éstas casi E:n seco, frente a la puerta de una u.sa completamente aislada de las demás. Llamaren al sere'J'lo, y mientras le esperaba.n, volvió ta joven varias veces la cabe.za, como habfa hecho durante e! trayecto, para cerciorarse de que las seguían. Ar comprabarlo, sentia el corazón darle grandes saltos en su pecho, y el alma inundada de alegría. La anciana en cambio, no pod(a estar de peor humor, muerta. de sueño y de tansaneio, Por fin, una voz lejana, contestó a las palmada.s con un. •Voy!. .. > que el eco repitió; y poco.de•pués, la puerta se •brfa para dejar paao a madre e hija. Loa dos amigos, en la acera de enfrente contemplaban esta escena refugiados en Ja obs· curidad que proyec.t.aba un casierón solitario. Hinojosa entonces hizo de. nuevo ~demán de .retirarse. -Espera !-díjole imperiosamente su compañero. -Pero, hombre, ¿al\n más? Yo no he sido tan e.xigente. ·· -Un poco; espera nada más a .que salga. -Salir ... ? Ah! a· 1., ventana, vamos. ¡Qué 'pretensión t Ya. ni se acuerda. de ti -Vamos! ¡Qtié poco conocedor eres de l& p~i~ oología feme!llna 1 Te die<> que ell• •ale. ' Y efectivamente.. como queriendo confí'rm.ar lo dicho por su perseguidor, apareció la joven en la venta.na del piso principal. -¿Qué te parece?-preguntó satisfecho Mon~ tero. -Pues que ya hubiéramos podíd~ esperar tam. bién frente a Ja otra casa a ver si salia .Ja cmia». Yfl hubieras podido antes hacer Hos a1ardee de gran conocedor de la. P•it'olotía ferilenina' corno has dicho. ¡ Cana!tos con el h~mbre! La muchacha pennaneciO breves. min.utos en el balcón; seguramente la satisfizo el ver las_ &iluetas de los d011., en la acera de enfrente, y no quiso ya seguir allC Cerró el baleón con ~Umo cuidado, para no hacer ruido, y ya dentro, echó una$ cortinillas para cubrir Jo~ cristal~•. Otra wntativa de retirada, por parte de. Hinojosa, y oirL retenci6n por parte de. S:U amigo. -E1tper.a,-repitió. Tuvo que resignarse su compañero. Entre tanto la joven, hacia los preparativos para meterse_ en la cama. Primero, se: quitó la ropa¡ luego, 4ras! un ligero m~vimiento, y en sus m•no·s quedó en· fotma ·de pelu~ia," la tan admirada por ·Montero, ei.béllE-ra ·ondulada, quedando con la c;a.btza igual 'a· lá ·palma de: ·1a mano," o- un queso. de -bola; luego, l~s dienteS, Bq"uellos dientecitos tan blancos, pequeños ·y unidos entre si, fueron quitados d~ SÚ estuche y meti .. dos en un vaso, y finalmente a otro fué a parar uno de sus ojos azules y hennosfsimos, -éste de cristal. De tales estra~ había sido cauAa el tifus que acababa la j6ve-n c:-asi de pasar; y e~tre e·so, y Jo esn:iirriado del cuerp0, po visible antes, gracias al corsé, al aditamento que lle-vaha y a la ropa, quedó la infeliz hecha una lásUrna; coh la cuenca del ojo cerrada1 en un perpetuo guiño; arrugada y hundida la i.ntes fresca boca, y corno remate a esto, aquella caOeza monda y lironda igual a un melón. pa.recía, en fin, un ser venido de' otro planeta., feD, horrible, infn:nal. Se dispuso a inte-rnar! e entre blancag sábanas, :-;obre blandisimos colchones y apagó Ja luz. Y fué entonce$, cuando Montero, cogiPndo a su nrnigo por el brazo, dijo exhalando. un profundí~ simo suspiro: -Se acostó Ja hermosa; vámonos ~ Le-ctor: no puedo asegurarte sí sigñió a esto un ídiJio de esos que terminan recibiendo, en las gradas de un altar, la bendieión de un cu1·a; pe1·0, transcribo seguidamente, un suelto que leí e'n un diario, que llamó en extremo mi att"nCic>n y que desde Juego relacioné con Jo que acabo de conta'rte . El tal sueltecito decía- asj: «Anteayer, en )a calle tnntos, número tantos, ~ntrf': die-& y onc~ de la noche, 5e dió muerte, anojándose por eJ balcón a la calle, el jóven X tan (:nnnddo en nuestl'a buen!'l sociedad. «Se i~nora la causa d"" tan terrible resoludón, Jle-va(]a a cabo en su noche- de bodas. La joven con quien se había unido, hacia unas hot"aS, ne· góse en abf'iioluto a saBr de SUf'!i habitaciones a p1·estar de<:laraeión al juez, que tan pronto tuvo noticias del suceso se pel'sonó e-n la casa, donde aquél tuvo lugar. Más tarde, a} ser dicha seño. ra fonada a salir, fué presa de un sincope~ poi· Jo que quedQ aplaza.da la a.dara("ión de Jas <"ausas de este mi~terioso 11uicldio, para mañana. c:Todo ello ha ~ído comentadisimo. cMaii.ana, pues, daremos a nuestros lectores más noticias.» Pero yo, IElCtor, no puedo dártctas, pues asuntos míos particulares, agenos a mi r~lato. me obligaron a abandonar la villa y corte aquella misma noche, y ya no volví a ocuparme del asunto. Confórmate pues, pata final de la historia. o cuento que te h~ contado, con ('ste ~ueltecito y no dudo. convendrás conmig-o, en que si no s.e refiere a los p@rsonajes de mi cue:nto, podría muy bien aplicarse, pues suponjendo Jlega~-en eRo~ amores al feHz término del matrimonio, estarás conmigo en que ca~i no h& bía otra solución, por~ que, dime, lector: ¿qué harías si en tu no:.= he df boda.s, creyendo haberte unido a la rnujer m:\s hermosa del mundo, te encontrases con una visión, fea, horrib.le, infernal, como venida de otro planeta?
Del dfo de la Raza en Es1m1/n. Brillante (tSpecto de los ufred('dores del uwwo11e11to u Colón, d111w1te el desfile de las t1·01>a.~ co11. motivo de l«s fiestas celdnudas C'n B"rcelona por et Di<t d'! la Raza, que 1>resid'ieron las <wfo;·idades y presenció 11n J>úblico 1w111ero1o;faimo. Después de la de.posición del ex Presidente de la Argentúw, Sr. Hipólito Jrigoyen. El genernl Ul'ib11n~. escoltado vor su guardia y rocleodo del JJÚblico, pasando J>OI' las cufles de la capital fll'gentina. Torre levanta.da en el !lfonte Genero.~o donde varios hombres de cienda alcrncma se Jn'Ovon'!n 1·ecoger los terribles fu er:tas eléctriras de la 11aturale:w, con las cuales confian poder dividfr los átomos en un t11IJO ceNudo al v<1cio. Este curioso edificio es un "solarinm" levc:.ntado en A ix-les-Bains, F1·ancia, para los bmios de sol. Los 7Jacientes se instalan en f.')s co111pcu·tinuntos de las dos curiosas ala.'i del t·dificio, qul' giran siguiendo el c11rJo del padrt> Sol. E.e; un 1wevo «avan1to» ideado JXlr« las cm·as que 1n·oporciona el v.adre Sol. El puento mayor del Mundo es este, construid.o flt el pue·rto de Sidney, Jl ustralia, y que mide un arco de 1670 pies. Es de todo de acero y cuando esté terminado s·u costo excederá de C11atro millones de libnrs esterlinas. I~a fotografía fué tomudn poco dcSJmés de ser unidas las dos mi!adl'S del puente de acero, cada una de las cuales pe: sa la friolera de 14,000 tonelada.-;. La hennosa Reina Guille1·mina de Holanda, que hace bastante años atrajo la atención de todo el mundo por un "ajfair" de índol.e familiar, saludando a la bandera dt>l reg :miento de In/atería de Marina que le rindió hono· 1·es al llega1· al Pat'lamento de La Haya 1>ara ab1·irlo solemnemente. ( AIJajo)-Del restos del gigantesco diri7il>le «R-101», que en su viaje paro la India, cayó violt>ntamente en Beauvais, Francia,- explotando después.
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Excelsior